El gobierno venezolano anunció el viernes que el líder máximo de la peligrosa banda criminal Tren de Aragua había logrado escapar, tres días después de que las autoridades tomaran el control de la cárcel controlada por este grupo delictivo que opera en varios países de América Latina.
Las autoridades publicaron un cartel en las redes sociales ofreciendo una recompensa por la captura de Héctor Guerrero, alias «El Niño» Guerrero, quien es acusado de numerosos delitos, incluyendo terrorismo.
El Observatorio Venezolano de Prisiones, una ONG, aseguró que los líderes del Tren de Aragua habían negociado su salida de la prisión con el régimen de Maduro y habían emigrado al extranjero una semana antes de que más de 11,000 efectivos militares y policiales ocuparan la cárcel el miércoles pasado.
La ONG denunció en un comunicado que, a pesar de los casos de corrupción, amedrentamiento y violencia, el gobierno decidió desalojar el centro de operaciones del Tren de Aragua después de 15 años de su surgimiento y 12 años de crearse el Ministerio de Servicios Penitenciarios.
La operación para tomar el control de la cárcel resultó en la muerte de un militar y el decomiso de un arsenal que incluía lanzacohetes y granadas. El ministro de Interior, almirante Remigio Ceballos, informó que los reclusos escaparon a través de túneles y que más de 80 de ellos habían sido recapturados. Además, se arrestó a cuatro funcionarios de la prisión por colaborar con los criminales.
El gobierno informó que se continúa con la operación de liberación y hasta el momento se han recapturado 87 sujetos penados y solicitados, quienes han proporcionado información para el procedimiento.
El Observatorio Venezolano de Prisiones cuestionó la falta de transparencia del gobierno y exigió explicaciones sobre cómo las armas ingresaron a la prisión, donde los líderes de los reclusos habían construido una especie de ciudadela con una discoteca, un zoológico y un campo de béisbol.
La organización denunció que las autoridades penitenciarias y el Estado en su conjunto eran responsables de tomar medidas urgentes y efectivas para revertir la situación en las cárceles y garantizar su función de rehabilitación y reinserción social. Sin embargo, después de 15 años de inoperancia desde el surgimiento del pranato, aún quedan muchas dudas sobre la transparencia de esta operación.
En el interior de la cárcel se encontraron 14 armas largas, 2 armas cortas, 120 cintas de munición, 40 granadas antitanque, 80 kilos de explosivos, 80 dispositivos de detonación, 400,000 municiones de diferentes calibres, 15 cohetes autopropulsados y otros materiales bélicos.
Según el Observatorio Venezolano de Prisiones, la cárcel de Tocorón tenía una capacidad para 750 reclusos, pero llegó a albergar a más de 5,000. Las autoridades informaron que en el momento de la intervención había alrededor de 1,600 presos en la cárcel.