Felipe González ha endurecido su postura frente a José Luis Rodríguez Zapatero durante una conversación en Nueva Economía Fórum con el dirigente opositor Leopoldo López y el escritor Mario Vargas Llosa. Sin citarle, González disparó directamente contra el aliado de Nicolás Maduro: «Aquellos que dicen que conocen tan bien Venezuela, que la conocen mejor que yo, que no digan el día después [de la caída de la revolución] que ellos no sabían porque sí que lo saben [lo que pasa en Venezuela]», subrayó.
«Como pasó con su tocayo, Nicolae Ceaucescu (dictador rumano que fue fusilado tras 22 años de régimen tiránico, los mismos que lleva el chavismo en el poder), Maduro no está tan lejos, no sabemos cuándo va a ser, pero no está tan lejos», vaticinó el antiguo líder del PSOE.
El encuentro telemático desnudó la distancia que separa a los dos ex presidentes del Gobierno español, en bandos contrarios pese a que tanto el PSOE como Voluntad Popular (VP), partido del López y del presidente encargado reconocido por España y por 60 democracias, forman parte de la Internacional Socialista.
Tanto González como Zapatero mantienen o han mantenido vínculos con López, huido de las garras del régimen bolivariano tras permanecer prisionero desde 2014 y refugiado como huésped en la residencia del embajador español durante 18 meses. González participó en la defensa de López durante la parodia de juicio desarrollado contra él en Caracas y Zapatero consiguió que en 2017 le otorgaran casa por cárcel.
Desde su primera aparición en Venezuela a finales de 2015, Zapatero ha mantenido una deriva que finalmente le ha llevado no sólo a abrazar la propaganda revolucionaria, sino también a defenderla en distintos foros. El dirigente socialista también forma parte del Grupo de Puebla, conciliábulo de dirigentes progresistas, populistas y revolucionarios de América Latina.
Durante su viaje a la toma de posesión del nuevo presidente de Bolivia, Luis Arce, el vicepresidente Pablo Iglesias dio a conocer un manifiesto entre cuyos firmantes también está Zapatero, que provocó el deslinde del gobierno español. En él, varios dirigentes izquierdistas achacan a supuestos planes ultraderechistas los grandes males del continente, olvidando el colapso que sufre Venezuela y las dictaduras de hierro en Cuba y Nicaragua.
«Ellos (los chavistas) son un pandemia, un crisis peor que el Covid y contaminante para toda América Latina. El tirano más destructor que ha habido en América Latina», acusó González, quien está convencido de que unas elecciones democráticas y libres acabarían con la dictadura y echaría el freno a «este éxodo bíblico que ha provocado la tiranía de Maduro».
En cambio, González evitó cualquier crítica al manejo político de Pedro Sánchez respecto a Venezuela. «El carácter letal para Venezuela de la tiranía de Maduro y tóxico para el mundo democrático no tiene parangón ni comparación con nada. Me parece un abuso de esta instrumentalización en la que no pienso caer. En España todos los demócratas, empezando por el presidente del gobierno, debemos estar a una para recuperar la libertad para los ciudadanos venezolanos, condición imprescindible para que Venezuela recupere su rumbo», advirtió el líder andaluz.
El comisionado presidencial de Guaidó apoyó estas palabras, recordando que «Pedro Sánchez me dijo que está comprometido con la causa de la libertad» y que cree en «una coalición lo más amplia posible para atender la política hacia Venezuela».
DUDAS DE VARGAS LLOSA
Vargas Llosa sí aireó ciertas dudas ante su creencia de «en la coalición (de Gobierno) en España puede haber simpatías a lo que representó Venezuela», aunque a la vez resaltó que «la política hasta ahora ha sido coherente y fundada en principios democráticos: reconocer a Guaidó y (trabar) amistad con la oposición venezolana. Cualquier esfuerzo para conseguir elecciones van a ser apoyadas por el Gobierno porque la inmensa mayoría de los españoles se siente solidarios con la lucha de la oposición venezolana», sentenció el autor de «La fiesta del chivo».
El tándem González-Vargas Llosa ya participó en su día en la presentación del libro «Preso, pero libre», escrito por López en la cárcel militar de Ramo Verde. El coordinador de VP recordó sus contactos con los principales partidos españoles desde su llegada a Madrid, con la excepción de Podemos, aunque evitó cualquier crítica. También aplaudió la toma de posesión en Bolivia: «Esa misma oportunidad (la celebración de unas elecciones libres y justas» es la que nosotros estamos pidiendo».
El comisionado de Guaidó aprovechó su comparecencia para explicar las características de la consulta popular programada por la presidencia encargada y el Parlamento democrática para el 12 de diciembre, seis días más tarde que las fraudulentas votaciones para elegir la Asamblea de Maduro. «Estamos conscientes de que se trata de un desafío logístico porque Venezuela está paralizada por la pandemia, sin gasolina, sin medios, sin internet… Esta convocatoria se esta haciendo cuerpo a cuerpo y casa por casa con el objetivo de no perder nunca la esperanza», concluyó.