Los salarios se siguen volviendo sal y agua en Venezuela, así la gente gane en dólares. Según estimaciones del director y socio de la firma Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, en promedio este año el sector privado pudo aumentar los sueldos un 20%, pero la subida de los precios en dólares ha sido más del doble. Se ubica en 47% en lo que va de año. Eso representa una desaceleración del consumo en una economía que sigue muy golpeada y que sólo dio muestra de crecimiento acelerado durante los primeros cinco meses del año.
Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.
La razón principal de este fenómeno es que las personas erróneamente llaman «inflación en dólares», es que en Venezuela se está registrando una apreciación de la moneda. Es decir, los precios del tipo de cambio crecen más lento que la inflación, eso genera una presión en los precios en dólares. Según Oliveros, el Banco Central de Venezuela (BCV), inyecta cada tres semanas el equivalente a 200 millones de dólares al mercado cambiario para seguir conteniendo la subida del tipo de cambio. Unos recursos que vienen directamente de la venta de petróleo que registra Pdvsa.
Esta política la podría mantener el Gobierno en lo que resta del año y en todo el 2023, porque el Ejecutivo nacional requiere unos 3.000 millones de dólares para inyectar al mercado cambiario al año, y el Gobierno va a recibir unos 19.000 millones de dólares este año de ingresos tributarios, la mayoría viene de la venta del crudo. Lo que representa un 90% más de recursos que en 2021.
«El dólar sigue siendo la mercancía más barata que existe en Venezuela», dijo el economista. Aunque el viernes haya cerrado el tipo de cambio paralelo en 10.42 bolívares por dólar. Las estimaciones de acuerdo a como ha subido la inflación señalan que el precio real del dólar debería estar en 17 bolívares.
«El encarecimiento de la vida en dólares tiene diferentes aristas: primero, hay una dinámica de inflación internacional. Venezuela depende fuertemente del componente importado. Las importaciones representan una cuarta parte de la economía y por eso las importaciones pesan mucho en la estructura de costos, de precios y si están subiendo los precios afuera eso tiene un impacto. Segundo, en Venezuela están aumentando los servicios públicos, los costos de producción interna de las empresas, toda esta dinámica de distorsiones también se refleja en los precios en bolívares y en dólares», explicó.
El economista también indica que influyen las asimetrías que existen en los medios de pago. «Los agentes económicos, las personas, comercios, industrias tienen diferentes tasas de cambio con las que trabajan. La tasa oficial, la tasa Monitor. Si pagas en efectivo es un valor para que te den el vuelto. Todo ese proceso que tiene complicaciones también impacta el tema de los precios. Y un cuarto problema grave es que las industrias tienen baja competitividad, es decir, tienen una altísima capacidad ociosa y eso eleva los costos», reseñó.
Bajos salarios
Según datos de Ecoanalítica, el venezolano promedio sigue siendo pobre, tiene un ingreso promedio al año o lo que se conoce como PIB per cápita de 2.000 dólares, ubicándose entre los más bajos de Latinoamérica.
El 53% de la población está ganando en la actualidad menos de 100 dólares, el 40% tiene un ingreso promedio mensual que oscila los 100 y 300 dólares y sólo un 0,7% de los venezolanos puede adquirir una canasta básica porque sus ingresos al mes oscilan entre los 600 y los mil dólares.
«Más del 50% de los ingresos de los venezolanos se están yendo en adquirir la cesta alimentaria. En los países desarrollados, sólo el 15% de los ingresos se destinan a alimentos», puntualizó el economista.
Advirtió que los saltos que ha tenido el tipo de cambio este año se deben en parte a que el Gobierno ha venido aumentando el gasto público. En el mes de agosto que el precio del dólar brincó de 5 bolívares a 8 bolívares se debió por el dinero excesivo que tuvo que crear el Gobierno para pagarle las vacaciones al sector público, y la semana pasada que el dólar paralelo llegó a 10 bolívares, se debe al pago de los aguinaldos y el cierre de gastos que está teniendo el sector público en la época decembrina.
Comentó que este escenario de subidas intempestivas del tipo de cambio podrían ser muy frecuente en 2023 porque se perfila como un año electoral, cuando el Gobierno gastará más. El gasto público representa en la actualidad el 16% del Producto Interno Bruto (PIB). Eso es alrededor de 9.600 millones de dólares. Ha habido una desaceleración en el gasto público porque en el pasado representaba el 50% del PIB.
«El gasto público en comparación con otros años es muy pequeño, por eso es que vemos en Venezuela el colapso de la educación, de la vialidad, de los servicios públicos, porque el Estado, su rol como hacedor de políticas públicas ha disminuido», comentó Oliveros, ya que el objetivo del Ejecutivo nacional se ha concentrado en contener la inflación.
Retos empresas
Resaltó en una conferencia presentada en Barquisimeto por la empresa Agroinformática y Agrotributos que el reto del sector privado es seguir compitiendo en un escenario bastante hostil. Donde sigue habiendo un consumidor empobrecido, donde hay una competencia desleal porque el 53% de los negocios operan desde la informalidad.
Donde las importaciones ha aumentado bárbaramente. «Los empresarios tienen que ser flexibles, crear estrategias tributarias, buscar financiamiento externo, disminuir costos de producción, evaluar el número de empleados, y sobre todo analizar los ajustes a los precios con unos precios en dólares que siguen subiendo. Si los negocios siguen ajustando los precios en dólares van a quedar fuera del mercado», advirtió.
Perspectivas mejoran en 2023
El economista, Asdrúbal Oliveros, señala que el Estado venezolano podría tener unos ingresos similares a los 19 mil millones de dólares en 2023, pero en un escenario positivo si Estados Unidos decide aprobar una nueva licencia a la petrolera Chevron para que explote crudo en Venezuela, estos ingresos del país podrían incrementarse a 32 mil millones de dólares y eso dinamizaría la economía, sobre todo en regiones como Zulia, donde hay crudo liviano, Monagas y Anzoátegui.
«Venezuela está vendiendo el petróleo en este momento con un descuento muy alto. No porque EE. UU. esté encima del Gobierno como ocurría cuando estaba Donald Trump. Es por Rusia, este país compite en su mercado, está vendiendo en el mercado asiático su crudo y lo vende 10 veces más que nosotros, tiene mejor infraestructura, está al lado de China y por lo tanto la capacidad de colocar crudo es mucho más alta que la nuestra. Entonces, nosotros para competir y colocar nuestro crudo, que además estamos desesperados porque Venezuela no tiene capacidad de almacenar crudo, tiene que dar un descuento mayor. Eso tiene un efecto de flujo de caja. Por eso es que el Gobierno necesita vender el petróleo en términos formales, y por eso el tema del acuerdo es clave para diciembre de 2023 Chevron», apuntó.
Señaló que Venezuela pierde por descuentos al petróleo el 35% de sus ingresos. Si se extiende la licencia de Chevron para operar en Venezuela, la producción petrolera podría aumentar unos 150 mil barriles diarios. Pero esta decisión puede estar atada a los acuerdos que logren Gobierno y oposición en la mesa de negociación que se reanudó en París el viernes 11 de noviembre.
Si la extensión de esta licencia se da, el economista es optimista porque también se podrían lograr acuerdos con las petroleras Eni, Repsol y TotalEnergies para que vuelvan a operar en Venezuela. Lo que podría generar para el país unos 100 mil millones de barriles diarios adicionales.
«Se puede elevar la producción a niveles de 250 mil barriles diarios, y para un país con el PIB de 60 mil millones de dólares eso es un impulso enorme», recalcó.
Venezolanos buscan lo más barato
Ecoanalítica estima que la inflación al cierre de 2022 podría ser de 147%, sigue siendo una de las más elevadas del mundo. Asimismo, considera que el crecimiento económico del país será de 9% y la tasa de cambio podría llegar a los 12 bolívares por dólar.
«Las personas siguen invirtiendo sus salarios en cosas prioritarias como salud, medicina, productos de higiene personal y transporte público, por lo tanto esos serán los sectores que en el 2023 más crezcan», expresó el economista, Asdrúbal Oliveros.
Sostiene que hoy la economía es una séptima parte de 2012, casi una cuarta parte de 2006 y la mitad de 1999. Y que la recuperación económica que ha tenido Venezuela desde julio de 2020 cuando el PIB dejó de contraerse a la fecha, no representa una recuperación ni del 20%.
Informó que las remesas que están moviendo el consumo representan alrededor al 6% del PIB, entre 3000 y 3200 millones de dólares. Alrededor de un 30% de la población lo afectan directamente las remesas, porque vive de las remesas.