La campaña de Nicolás Maduro se distancia del rojo, copia a la oposición y ofrece cambios, según especialistas

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El presidente y candidato Nicolás Maduro se ha convertido en un “imitador” de la campaña de calle de la oposición venezolana, de acuerdo con expertos en mercadeo político. El chavismo “matiza” su propuesta gráfica para distanciarse de la retórica radical

La Gran Aldea

Un joven camina hacia la cámara hablando sobre cómo Venezuela “ha mejorado paso a paso”, tiene el “mayor crecimiento económico” de América y garantiza educación gratuita, paz y estabilidad. El ambiente que lo rodea va cambiando y pasa de puentes, canchas y costas a mercados, escuelas y fábricas. Se trata de un video promocional del oficialismo que dura 29 segundos.

“Logros de Maduro, logros de Venezuela”, se escucha decir al muchacho para coronar el último anuncio del gobernante Nicolás Maduro, a pocas semanas del inicio formal de la campaña para la elección presidencial en el país: el 4 de julio.

En él, no impera el rojo, el color asociado con la revolución bolivariana del expresidente Hugo Chávez. En cambio, predominan las mismas tonalidades claras de las camisas que usa el jefe de Estado en sus actos políticos, mientras promete “esperanza” y un mejor” futuro”.

El chavismo ya puso en marcha la campaña para lograr el 28 de julio la reelección de Maduro, cuya popularidad no está en su mejor momento, según encuestas, por lo que, a decir de especialistas, tiene que ofrecer un cambio.

“Estamos viendo a un Maduro que, aun surfeando sobre la figura de Chávez, quiere ser un poco menos chavista en los colores, menos intenso, porque tienes un país que pide masivamente el cambio político”, explicó a la Voz de América la consultora política Carmen Beatriz Fernández, experta en campañas electorales y desinformación.

El mensaje chavista recorre las redes sociales y aplicaciones de mensajería directa en una nación sumida en una crisis general desde 2013, con indicadores económicos negativos jamás vistos, tensiones políticas, sanciones extranjeras y una emergencia social.

Ocho de cada 10 venezolanos quieren un cambio político para solucionar esa realidad, de acuerdo con múltiples encuestas de firmas privadas. El aspirante a la reelección apenas supera el 20 % de intención de voto, mientras el opositor Edmundo González Urrutia sobrepasa la mitad de la preferencia electoral, según esos mismos sondeos.

“Es tan fuerte la ambición de cambio político que hasta él lo ofrece”, diagnosticó Fernández, docente de la Universidad de Navarra, España.

Obligado a salir a la calle

El mercadeo de presidentes que aspiran a reelegirse suele estar acompañado de menciones a un porvenir más esperanzador y un repaso de sus logros políticos, detalló la especialista en comunicación estratégica, crisis e imagen, Laura Castellanos.

Según la analista, el jefe de Estado ha reforzado su mensaje político actual en redes sociales, como lo hicieron en su momento los hoy mandatarios Javier Milei, en Argentina, y Gustavo Petro, en Colombia.

Maduro también “tuvo que salir a la calle” como “reacción a la campaña” de la oposición, que ha visitado pueblos y ciudades en al menos 13 estados en las últimas semanas, dijo Castellanos.

Al presidente y su gabinete, entre ellos su esposa Cilia Flores, y sus socios de confianza, el líder parlamentario Jorge Rodríguez y su hermana, la vicepresidenta Delcy Rodríguez, han respondido con participaciones similares en el interior del país, resaltó.

“Es la campaña a la que los venezolanos están acostumbrado, el ‘estoy acá’. El gobierno ha tenido que ponerle una cuota extra (a su campaña en redes sociales) y han tenido que decírselo (su mensaje) en vivo y directo a los venezolanos”, comentó a la VOA.

«Necesitamos la caricia del otro, que me digas cara a cara que me necesitas, eso en Venezuela es muy importante. Es lo que hace la oposición muy calladamente y no comen ningún tipo de cizaña del sector oficial», añadió la especialista.

Maduro se ha convertido en un “imitador de campaña” y se encuentra “en una onda completamente reactiva” a los actos políticos de la oposición, opinó Fernández, por su lado.

“Diosdado Cabello (líder chavista) va a todos los lugares donde va María Corina Machado, en simultáneo. Si Machado es cargada en hombros populares, Maduro hace un simulacro de que lo cargan en hombros, así sean sus propios guardaespaldas”, señaló.

Colores de la moderación

Luis Toty Medina, consultor político y director de la firma de comunicación Poliestrategia, resaltó que el marco donde Maduro y el chavismo tratan de calzar su campaña actual “no es nuevo”, sino que se remonta a los tiempos electorales de Chávez, desde 2006.

“El chavismo en cada elección presidencial suaviza su mensaje y edulcora su imagen”, hasta el punto de “matizar” la paleta de colores de su propuesta gráfica, explicó.

Abandonar momentáneamente el color rojo por un azul “suave” le permite a Maduro “tomar distancia de la retórica radical y extremista” en favor de mensajes de pluralidad, apuntó Toty Medina, fundador de la Asociación Venezolana de Consultores Políticos.

“El eje emocional en el cual pretende moverse es el de la amplitud, sin sectarismos, de inclusión”, como cuando Chávez apeló al “amor”, en la elección presidencial de 2006, o usó el lema “patria, socialismo y victoria”, en vez de mencionar “la muerte”, en 2012, indicó.

Maduro cambió tonalidades en 2018, cuando utilizó colores “patrios” (amarillo, azul y rojo) y su eslogan rezaba “juntos podemos más”, dijo.

Toty Medina resaltó que el chavismo encara su proceso electoral “más comprometedor” con una propuesta gráfica que “desdibuja sus postulados” y hace una oferta “moderada”.

A su juicio, esa campaña es a veces “victimista”, intentado “instalar un relato de ser quien se defiende de una fuerza política opositora que los ataca e intenta desparecerlos”.

El uso corriente de mensajes como “vamos pa’lante” y “la esperanza está en la calle” procura que se habla más del futuro que del presente y el pasado “cuestionados” en cuanto a gestión pública de Maduro, comentó en conversación con la Voz de América.

Fernández, por su parte, advirtió que Maduro transita tiempos electorales donde “no lo tiene nada fácil” y, por ello, busca refugiarse a la sombra del chavismo luego de haber invertido “dinero y talento” en tratar de construir un liderazgo propio.

La convocatoria de la elección para la fecha de cumpleaños de Chávez, el 28 de julio, es uno de sus argumentos.

Recordó puntualmente la campaña de “Súper Bigote”, que lanzó el gobierno venezolano hace 3 años y donde se comparaba al mandatario con un superhéroe.

Según encuestas privadas, 1 de cada 4 venezolanos se declara simpatizante de los postulados políticos de Chávez.

Castellanos, por su parte, dijo observar una evolución en la campaña del oficialismo y dijo estar pendiente de cómo dará su último «giro».

«La oposición por primera vez está marcando pauta y no se va a dejar quitar la narrativa de esta campaña», señaló, antes de advertir que el chavismo sigue teniendo «muchísimo dinero y poder».