La economía venezolana busca remontar la dura caída del primer semestre

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Caracas, 11 sep (EFE).- La economía de Venezuela ha experimentado una caída del 7 % en el primer semestre de este año, según estimaciones independientes. Sin embargo, expertos señalan que se están observando signos leves de mejora en algunos sectores, como el petrolero, lo que podría impulsar un crecimiento del 4 % en el segundo semestre en comparación con el mismo período del año pasado. A pesar de esta mejora, advierten que no será suficiente para compensar la caída experimentada en la primera mitad del año.

El economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, ha declarado a EFE que se espera una mejora en el segundo semestre en comparación con los primeros seis meses, los cuales estuvieron marcados por un ciclo recesivo. A partir de mediados de 2021, el país comenzó a registrar un aumento en su actividad económica después de una reducción del 80 % en siete años. Según cifras oficiales, el crecimiento fue de más del 15 % en 2022.

Sin embargo, en el primer semestre de este año, la economía experimentó una contracción del 7 % en comparación con el mismo período del año anterior. Según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), esto se debió a la caída del consumo, del crédito y del gasto público. Oliveros señala que esta caída se debió, en parte, a la disminución del poder adquisitivo de la población, cuyos salarios no aumentaron en la misma proporción que los precios.

Para el segundo semestre, el economista espera una mayor ejecución del gasto público, principalmente para el pago de bonificaciones a los trabajadores públicos. Esto se dará gracias a la mejora en los ingresos petroleros, que representan el 80 % de las divisas del Estado. Oliveros destaca que un 15 % de los ingresos proviene de la venta de oro y otros metales, mientras que el resto se obtiene mediante la comercialización de chatarra y algunas operaciones con criptomonedas.

En los primeros siete meses de este año, Venezuela ha incrementado su producción petrolera en un 10,6 %, pasando de 732.000 barriles por día en enero a una media de 810.000 barriles por día en julio. Esto se debe, en parte, a la reanudación de las operaciones de la empresa estadounidense Chevron, que recibió una licencia en noviembre de 2022. Según Oliveros, esta autorización ha permitido un aumento en la producción de alrededor de 50.000 barriles, llegando a niveles cercanos a los 150.000 barriles.

En julio y agosto, Ecoanalítica registró una mejora moderada en las ventas comerciales, impulsada por una disminución de los precios en dólares en el país. Oliveros explica que esta disminución se debe, en parte, a que algunas empresas han tenido que reducir sus márgenes de ganancia para estimular el consumo.

A pesar de estos signos de mejora, los expertos advierten que no compensarán la caída experimentada en la primera mitad del año, por lo que es probable que el país entre en una fase de estancamiento. Además, el crecimiento esperado en el segundo semestre estará concentrado en pocos sectores, como alimentos, salud y comercios, mientras que otros sectores como la construcción, manufactura, banca y seguros seguirán siendo afectados.

Esta desigualdad en el crecimiento económico también se refleja a nivel territorial, beneficiando principalmente a la región capital en comparación con las regiones del interior, donde el desempeño económico es mucho más precario. Los problemas estructurales, como la crisis de los servicios públicos y la falta de financiación, junto con las sanciones internacionales, dificultan la sostenibilidad de este crecimiento frágil.

La mayor patronal venezolana, Fedecámaras, ha llamado recientemente a recuperar los servicios a través de la colaboración entre el Estado y el sector privado, citando como ejemplo las labores conjuntas entre la estatal Pdvsa y Chevron en la industria petrolera. Fedecámaras también se ha sumado a la petición de levantamiento de las sanciones, junto con el gobierno, analistas, opositores y varias ONG.

Carlos Seijas Meneses