La educación sin posibilidad de horizonte con Nicolás Maduro 

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Por el equipo editorial

Después de más de diez años en el poder, Venezuela está sufriendo las consecuencias de un gobierno que ha destruido completamente uno de los pilares más importantes de una nación y la única forma de escapar de la pobreza: la educación.

Es evidente que todas las universidades venezolanas, así como la mayoría de las escuelas, están en condiciones deplorables y no son adecuadas para el proceso de educación, la pedagogía y la adquisición de conocimientos. Además, se han cancelado servicios esenciales como comedores, bibliotecas y transporte en todos los centros educativos. Estos hechos son el claro ejemplo de cómo un régimen ha encontrado la manera perfecta de perpetuarse en el poder.

Si Venezuela realmente quisiera plantear un plan de recuperación, sería necesario invertir al menos un millón de dólares por escuela y liceo, lo que sumaría un total de cinco mil millones de dólares. Además, se necesitarían mil millones de dólares para cada una de las universidades autónomas – UCV, USB, UC, ULA, UDO, UNA, LUZ – y otras diez universidades experimentales. Por último, se requerirían al menos quinientos millones de dólares para cada uno de los institutos tecnológicos que aún están en funcionamiento. En total, serían alrededor de cuarenta mil millones de dólares para poder rescatar la educación del abismo en el que ha caído. Lamentablemente, el régimen no cuenta con estos recursos y solo se limita a «recuperar» las fachadas de los edificios.

Además de la necesaria recuperación de la infraestructura de las escuelas, liceos, tecnológicos y universidades, se debe planificar un presupuesto que cubra los salarios de aproximadamente quinientos mil docentes a nivel nacional. Para pagarles un promedio de seiscientos dólares al mes, se requerirían unos trescientos millones de dólares mensuales solo para cubrir la nómina básica, sin contar los demás beneficios y sin incluir el personal administrativo, de soporte técnico y ambiental de todo el sistema educativo.

En resumen, para lograr una educación decente en Venezuela se necesitan urgentemente veinte mil millones de dólares: diez mil millones para comenzar la recuperación de las instalaciones y otros diez mil millones para los salarios y gastos operativos. Esto equivale al 100% del presupuesto presentado por el régimen ante la Asamblea Nacional. Es decir, el proceso de seguir destruyendo la educación y el país continúa inalterado, tal y como ha sido en los últimos años bajo el gobierno de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.

Si no logramos un cambio de gobierno a través de elecciones en 2024, la emigración de nuestros jóvenes no se detendrá y lo único que quedará de la antigua patria de Bolívar serán ruinas, miseria y nuestros hijos y nietos buscando refugio en otros países del mundo.