OVP: El pranato no concluye hasta que el Estado venezolano informe donde están los líderes negativos

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Aunque se han llevado a cabo operativos este año para desarticular las bandas que controlaban las principales cárceles de Venezuela, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) advierte que la historia del pranato en el país no ha finalizado hasta que se conozca la ubicación de los líderes negativos que estaban al mando de estas prisiones.

En su informe titulado «Historia del Pranato en Venezuela», presentado el 27 de diciembre, el OVP señala que la figura de los pranes en las cárceles venezolanas surgió con el consentimiento del Estado, que incluso propició y permitió su desarrollo. El gobierno, a través del Ministerio Penitenciario, permitió que los pranes se consolidaran en las prisiones a cambio de mantener una supuesta paz dentro de los recintos. Sin embargo, con el tiempo, la situación se salió de control y los líderes negativos impusieron sus propias normas y reglas, llegando al punto en el que los directores de las prisiones se convirtieron en meros formalismos.

Estas cárceles, donde prácticamente no había presencia estatal, se convirtieron en centros de operaciones criminales desde donde se organizaban todo tipo de delitos, como robos, secuestros, extorsiones, estafas, tráfico de armas y drogas, trata de personas, prostitución, asesinatos e incluso minería ilegal.

Además, las prisiones se convirtieron en centros recreativos donde los presos tenían acceso a piscinas, discotecas, restaurantes, centros hípicos, estudios de música e incluso entidades bancarias donde podían depositar pagos mensuales destinados a los pranes, conocidos como «causas», que les permitían a los reclusos acceder a ciertas comodidades dentro de la prisión.

Estos pagos generaron ganancias millonarias para los pranes, asegurando así su posición y fortaleciendo sus estructuras criminales.

Estos líderes negativos surgieron con la aprobación de exministros como Jesse Chacón, Pedro Carreño Escobar, Ramón Rodríguez Chacín, Tareck El Aissami e Iris Varela, siendo los dos últimos los períodos en los que el pranato se consolidó en el país. Según el informe del OVP, fue a partir de septiembre de 2008, con el nombramiento de Tareck El Aissami como ministro del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia, cuando el pranato evolucionó rápidamente.

Antes de la creación del Ministerio para Asuntos Penitenciarios, los temas carcelarios eran tratados en el Ministerio de Interior y Justicia. Durante la gestión de El Aissami, se otorgaron voluntades en la práctica penitenciaria que antes no existían, como cambios en los horarios de visitas, lo que desnaturalizó el sistema penitenciario. Además, se permitió que los familiares pernoctaran en las cárceles y se ingresaran maletas en lugar de bolsas de comida y ropa limpia para los reclusos. También se normalizaron las fiestas de larga duración en las que participaban personas externas, y el flujo de alcohol y drogas aumentó considerablemente.

Desde el surgimiento del pranato en Venezuela hace 20 años, el OVP destaca que la opacidad de la información ha sido una característica de la política del Estado, lo que ha influido en las cifras de fallecidos y heridos por violencia intra-carcelaria sin ser informadas oportunamente.

Aunque las autoridades afirmaron que las intervenciones realizadas este año habían desarticulado estas estructuras criminales, el OVP asegura que todos los pranes de los centros penitenciarios lograron evadirse previamente. La mayoría fue vista abandonando las cárceles en vehículos, llevándose algunos animales y quemando sus pertenencias.

Entre los pranes cuyo paradero se desconoce actualmente se encuentran: Héctor Rusthnford Guerrero Flores, alias Niño Guerrero (Centro Penitenciario de Aragua – Tocorón); Néstor Richard Sequeras Campos, alias Richardi (Internado Judicial de Carabobo – Tocuyito); Luis Manuel Yegue Mendoza, alias Pata e queso (Internado Judicial José Antonio Anzoátegui – Puente Ayala); Pedro González Mata, alias El rapidito, y José Jefferson Clavijo Rosendo (Internado Judicial de Monagas – La Pica); Wilkins Rafael Roomero Maluenga, alias el Wilkins, Geovanny Alejandro Navas Ochoa, alias Pan, y Edicson Gonzáles, alias Chichí (Internado Judicial Ciudad Bolívar – Vista Hermosa); Álvaro Enrique Montilla Briceño, alias el Loro (Internado Judicial de Trujillo); Fredy Barboza, alias el charro (Internado Judicial de Yaracuy – La Cuarta).

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