El fentanilo, un opioide sintético conocido como el ADN de la muerte, está causando estragos en todo el mundo. Según la Administración de Control de Drogas (DEA), solo se necesitan dos miligramos de esta sustancia para acabar con la vida de una persona.
El fentanilo es mucho más potente que la heroína y la morfina, con una fuerza de 20 a 50 veces mayor que la heroína y de 50 a 100 veces más potente que la morfina. En la ciudad de Nueva York, el 81% de las muertes por sobredosis son causadas por esta droga, según el Departamento de Salud de la ciudad. Además, las muertes por sobredosis han aumentado un 12% en comparación con el año anterior.
El fentanilo se presenta como un analgésico de alta potencia, similar a la morfina y la heroína. Actúa uniéndose a los receptores opioides en el cerebro que controlan el dolor y las emociones, lo que le confiere un carácter placentero y adictivo. El Dr. Luis Madrid, experto en el tema, afirma que esta droga es especialmente peligrosa debido a su capacidad para generar tolerancia y abstinencia.
Las víctimas de esta droga se convierten en seres casi irreconocibles. Comienzan experimentando una gran felicidad y alegría, lo que los lleva a la adicción. Sin embargo, rápidamente caen en un estado de sedación y tranquilidad, lo que indica que el fentanilo potencia la adicción en personas con trastornos de ansiedad.
El Dr. Madrid advierte que cuando una persona necesita dosis cada vez mayores para alcanzar el mismo estado, entra en lo que se conoce como «ventana de toxicidad y letalidad», aumentando rápidamente la dosis que puede provocar la muerte. El fentanilo también puede llevar al individuo a un estado de coma, en el que se siente un placer transitorio pero mortal.
Sin embargo, el fentanilo no es solo un problema de salud pública, sino también un desafío para las autoridades encargadas de combatir el crimen organizado. Los carteles de la droga, como el de Sinaloa y el CJNG, están modernizando sus operaciones para producir y distribuir fentanilo a gran escala. Utilizan máquinas tableteadoras chinas para fabricar pastillas de fentanilo, que luego son enviadas a Estados Unidos.
Estas máquinas permiten la producción masiva de pastillas de fentanilo, con la capacidad de producir hasta 10 mil piezas por polvo utilizado. Por cada kilo de fentanilo, se pueden obtener medio millón de pastillas. El ejército mexicano ha logrado decomisar varias de estas máquinas en Baja California y Sinaloa, junto con grandes cantidades de fentanilo, metanfetaminas y heroína.
El fentanilo también ha llegado a Venezuela, donde se ha realizado la primera incautación de esta droga en el territorio. Es probable que los carteles intenten expandir su mercado y enviar fentanilo a otras regiones, como África y Europa.
Es evidente que el fentanilo representa una grave amenaza para la sociedad. Las autoridades de América Latina deben estar alertas y tomar medidas para combatir esta droga mortal. La muerte está rondando por el mundo y es necesario actuar para detener su avance.