Por Pablo Kaplún Hirsz
(a propósito de una ponencia de Alejandro Álvarez)
Alejandro Álvarez es una figura destacada en el ámbito de la Educación Ambiental en Venezuela. Recientemente, tuvo la oportunidad de presentar una ponencia en el coloquio «Educación Ambiental y crisis mundial», organizado por la Comisión España de la Academia Venezolana de Ingeniería y Hábitat el 6 de noviembre.
Entre otros temas, Álvarez señaló la grave carencia que representa el hecho de que Venezuela sea el único país de América del Sur que no cuenta con un Plan Nacional de Adaptación al cambio climático. Ante esta situación, Álvarez propuso impulsar un diseño curricular en las escuelas de todo el país que permita a la población tomar acciones frente a este desafío a través de estrategias participativas.
Me complace informar a mi estimado colega que en Venezuela ya existen algunas experiencias curriculares concretas que promueven este empoderamiento. Un ejemplo de ello es el Programa Centros de Ciencia, Tecnología y Educación Ambiental que aún se mantiene en algunos municipios del estado Mérida.
Es realmente sorprendente que este programa haya logrado sobrevivir, especialmente en el Municipio Zea, donde no solo continúan existiendo los llamados CCTEA, sino que también se organizan encuentros municipales que cumplen con los lineamientos establecidos. Durante mi tiempo como responsable de este programa en el estado andino de Mérida hasta 2014, pude presenciar esta excepcionalidad.
Este programa, que fue extremadamente popular a nivel nacional durante décadas, lograba que los niños, niñas y adolescentes se empoderaran y llevaran a cabo acciones concretas frente al cambio climático a través del lema «aprender haciendo». Incluso participaban en intervenciones similares a las de Greta Thunberg, dirigiéndose a autoridades locales, regionales y nacionales, como ocurre con la famosa joven sueca en las cumbres de la ONU.
Si lo que acabo de mencionar no es asombroso, aún más increíble es que en algunos municipios del país, como Zea en Mérida, bajo el liderazgo de la profesora Chiary Barrios, se sigan organizando anualmente los encuentros municipales de CCTEA. A pesar de que han pasado más de 10 años desde la jubilación de Germán Flores y mi retiro del cargo correspondiente en Mérida, sin que haya habido un reemplazo, las autoridades educativas han hecho todo lo posible para hacer desaparecer el programa a nivel nacional.
En el Municipio Zea,
Buenas tardes apreciados colegas!
A continuación, citaré textualmente las palabras de Chiary dirigidas a sus colegas para evaluar los logros alcanzados en el último encuentro municipal en junio pasado, ya que ellas hablan por sí solas:
«Cualquier palabra que utilice para agradecerles el enorme trabajo que han realizado para hacer posible el II Encuentro Intermunicipal Centros de Ciencias/Semilleros Científicos, se quedará corta. ¡Han demostrado ser un equipo con un nivel de excelencia! Cada detalle fue cuidadosamente abordado, desde las escarapelas hasta las carpetas y la decoración del espacio. Todo fue digno de un colectivo que trabaja para el bienestar de su municipio. Me enorgullece ver su comportamiento y su capacidad de trabajo. Me enorgullece ver a los estudiantes de todos los niveles y modalidades. Nuestro Eje ha mostrado su investigación y tecnología. Cuando se quiere y se cuenta con personas como ustedes, todo sale bien. Hoy ha sido uno de esos momentos pedagógicos que nos tocan el corazón como docentes. Observar el comportamiento, la curiosidad y la inventiva de los estudiantes me ha dejado una sensación de que todo vale la pena. ¡Gracias por su dedicación y esfuerzo! Fue algo hermoso, educativo y nos dejó mucho para reflexionar como docentes. Lo que se hace bien, termina bien. ¡Dios nos recompensará por esas horas de dedicación, cada uno en su área! Gracias, colegas, en nombre de todos esos jóvenes que se esfuerzan por mostrar sus sueños, ideas y conocimientos. No es justo que se queden solo en una institución. Hoy, el Eje del Mocotíes sabe que tiene talento, ingenio y amor por los estudios, la investigación y los actores educativos.»
No creo que sea necesario agregar más palabras, excepto expresar mi profundo agradecimiento a la profesora Chiary.