La sonda Voyager 2 de la NASA reanudó la comunicación con la Tierra tras una semana de silencio

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El 28 de julio, los expertos de la NASA vivieron momentos de angustia cuando perdieron contacto con una de las naves espaciales más antiguas y emblemáticas, la Voyager 2. Sin embargo, después de algunos días, la nave logró restablecer la comunicación con la Tierra.

El incidente ocurrió cuando un conjunto de comandos enviados erróneamente provocó que la antena de comunicación de la Voyager 2 se moviera accidentalmente dos grados, perdiendo así el contacto con nuestro planeta. Aunque el martes pasado se detectó una señal de vida de la nave, no fue posible restablecer una comunicación completa con ella. El Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA informó que la señal solo indicaba que la sonda estaba en buen estado.

Sin embargo, la Voyager 2 tiene un sistema de autorreorientación que se activa automáticamente varias veces al año ante situaciones de este tipo, aunque la próxima ventana para hacerlo estaba programada para octubre. Anoche, el JPL anunció que, mediante una poderosa antena de la Red de Espacio Profundo de la NASA en Canberra, Australia, lograron enviar un comando al espacio interestelar que realineó la nave y apuntó su antena hacia la Tierra. Los controladores de la misión tuvieron que esperar 37 horas para confirmar si el comando había sido exitoso, y así fue.

«La nave espacial comenzó a enviar datos científicos y de telemetría, lo que indica que está operando normalmente y sigue en la trayectoria esperada», informó el JPL en un comunicado. La cuenta de Twitter de Voyager también compartió la buena noticia: «¿Me escuchan ahora? Anoche restablecí la comunicación completa con la Tierra gracias a un rápido pensamiento y mucha colaboración. Estoy operando normalmente y en mi trayectoria esperada. Me alegra poder finalmente volver a casa».

La Voyager 2 fue lanzada desde Cape Canaveral, Florida, el 20 de agosto de 1977. Después de explorar los cuatro planetas gigantes del sistema solar entre las décadas de 1970 y 1990, ingresó al espacio interestelar el 10 de diciembre de 2018. Su nave gemela, la Voyager 1, también sigue operativa y se encuentra a una distancia de aproximadamente 24.000 millones de kilómetros de la Tierra. En 2012, la Voyager 1 se convirtió en el primer objeto en salir de la influencia gravitatoria del Sol.

Aunque ambas naves espaciales han ido perdiendo lentamente potencia debido a sus generadores de radioisótopos nucleares, los ingenieros han implementado diversas modificaciones para asegurar su funcionamiento. Los calentadores fueron apagados y en abril de 2023 se desactivó el protector contra sobretensiones de la Voyager 2. Estos ajustes permiten prolongar la vida útil de los sistemas de las naves. De hecho, la desactivación del protector contra sobretensiones en 2023 ha logrado retrasar el apagado de los instrumentos de la Voyager 2 hasta al menos 2026, lo que garantiza la recopilación de datos espaciales durante más tiempo, según los científicos a cargo de la misión.