El pasado 29 de abril, el Senado de Florida aprobó el polémico proyecto de ley SB 1718, que establece duras medidas erradicar la inmigración irregular. El miércoles 10 de mayo, la misma se hizo oficial al obtener la firma y promulgación por el gobernador republicano del estado, Ron DeSantis. Con este último paso, la norma entrará en vigencia el próximo 1 de julio.
Por Miami Diario
El resumen de la ley publicado en la página digital de la Asamblea Estatal de Florida, explica que la iniciativa está enfocada principalmente en el transporte, el trabajo y la documentación de los inmigrantes ilegales. También fue creada para la regulación contractual de las empresas.
La ley de 43 páginas incluye disposiciones para invalidar las licencias de conducir y tarjetas de identificación emitidas de otros estados a “inmigrantes no autorizados”. Es decir, que si un inmigrante logró obtener una licencia de conducir y tarjetas de identificación emitidas por otros estados, estos quedan sin efecto dentro de Florida.
La normativa también expone que si un extranjero no tiene cómo demostrar que estaba legal al momento de hacer dichos trámites, podría recibir una prohibición en el estado. Lo que implica que bajo ningún motivo podrá operar un vehículo en el «estado del sol».
Esta situación generará un fuerte impacto en la economía del estado. Según el Centro Comunitario Hope en Orlando, alrededor del 60 % del turismo en Florida está relacionado directamente con la conducción. De igual manera, afectaría diferentes rubros empresariales, como la agricultura y la construcción.
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Por otra parte, la legislación prohíbe la emisión de licencias de conducir en Florida a personas indocumentadas, una situación que definitivamente afectará empresas, cuyos trabajadores posean estas características.
La ley también puede dar como resultado un cargo por delito grave de tercer grado para alguien que transporte a personas sin estatus legal al estado, una situación peligrosa pues incluso la vida de una persona podría depender de un conductor inmigrante.
«Esto es un gran problema. Obviamente afectará a las personas que se hagan la vida detrás del volante», afirmó un vocero de la Coalición Americana de Inmigración Empresarial. «Personas que conducen camiones y hasta ambulancias, ya no lo podrán hacer más», dijo.
En este sentido, la medida no solo escalaría en aquellas personas indocumentadas sino a nivel estatal, lo que supondría un detrimento de los floridanos y de todo el país.