La búsqueda de la vida eterna ha sido un objetivo de la investigación científica durante siglos. En un rincón remoto del mundo, la isla de Okinawa en Japón, se ha revelado como un tesoro de secretos para vivir una vida más larga y saludable. Sus habitantes, conocidos por su extraordinaria longevidad, han desvelado algunas claves para superar los 90 años, y muchos llegan incluso a los 100.
Con información de Infobae
El profesor Craig Willcox, experto en salud pública y gerontología de la Universidad Internacional de Okinawa, ha investigado a fondo los factores que contribuyen a esta notable longevidad. Según él, aproximadamente dos tercios de la longevidad de los habitantes de Okinawa se deben a su dieta y estilo de vida, mientras que el tercio restante está influenciado por la genética.
Una de las piedras angulares de la longevidad de Okinawa es su dieta. Los residentes de la isla se alimentan con una selección de alimentos de alto valor nutricional, como el pescado, que consumen al menos tres veces por semana. Además, incorporan al menos cinco porciones diarias de frutas y verduras, junto con patatas dulces, melón y algas marinas, todos conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y antiedad.
A diferencia del resto de Japón, el consumo de arroz es bajo en Okinawa, ya que los habitantes optan por una dieta rica en vegetales y productos de soja. A lo largo de los años, esta dieta ha evolucionado hacia una versión más moderna, que sigue siendo baja en calorías pero con un mayor contenido de proteínas y grasas.
Otra característica distintiva es la exclusión de productos de origen animal, como lácteos, huevos, carne de res y aves, así como alimentos ultraprocesados.
La práctica de la alimentación consciente es un hábito arraigado en la isla, donde los ciudadanos prestan atención al 100% a sus pensamientos, emociones, sensaciones y comportamientos antes, durante y después de las comidas.
Además de la dieta, la actividad física se incorpora de manera natural en la vida cotidiana de los habitantes de Okinawa. La comunidad se adapta al ritmo de los mayores, y el clima subtropical y la actitud relajada hacia la puntualidad contribuyen a mantener el estrés a raya.
Okinawa, con su estilo de vida saludable y equilibrado, continúa siendo un faro de esperanza para quienes buscan las claves de una vida más larga y plena