Los océanos liberan microplásticos a la atmósfera: cuáles son las consecuencias para la salud y cómo prevenirlas

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Los microplásticos, definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como partículas de plástico de menos de 5 milímetros de tamaño, se están volviendo cada vez más comunes en todo el mundo. Han sido detectados en lugares tan remotos como la Antártida y se han encontrado en diversos lugares del cuerpo humano, como la sangre, la placenta y los pulmones. Esto ha llevado a los científicos a investigar no solo su impacto en los ecosistemas, sino también en la salud humana.

Recientemente, un estudio publicado en la revista Nature Communications reveló que los microplásticos están presentes incluso en las partes más remotas del océano. Un equipo de investigadores alemanes y noruegos analizó muestras de aire tomadas a lo largo de la costa noruega hasta el Ártico y encontró que estas partículas también se emiten a la atmósfera desde el mar.

Las muestras fueron recolectadas durante una expedición en el buque de investigación Heincke y fueron analizadas utilizando diferentes técnicas para identificar y cuantificar los tipos de plásticos presentes. Los investigadores descubrieron que las partículas de poliéster eran las más comunes, seguidas de otras variedades de plástico, como el policarbonato de polipropileno y el poliestireno. También encontraron que los desechos de los neumáticos eran una fuente importante de microplásticos.

Los investigadores señalaron que estas partículas son ubicuas y se encuentran incluso en las regiones polares más remotas. También destacaron que las partículas de plástico cerca de la superficie del mar pueden ingresar a la atmósfera a través del rocío del mar y las burbujas de aire producidas durante las tormentas.

En cuanto a los efectos de los microplásticos en la salud humana, los expertos advierten sobre posibles problemas respiratorios, endocrinos y cardiovasculares. Estas partículas pueden ingresar al cuerpo a través de la inhalación y también se ha encontrado evidencia de su presencia en la cadena alimentaria, así como en el agua dulce y potable.

Aunque aún se necesita más investigación para comprender completamente los efectos de los microplásticos en la salud humana, los expertos instan a tomar medidas para reducir su presencia en nuestras vidas diarias. Algunas estrategias incluyen evitar el uso de productos de plástico innecesarios, como pañales desechables y toallitas húmedas, optar por opciones reutilizables cuando sea posible y elegir productos de alimentos y ropa que no contengan plástico.

Reducir el consumo de plástico puede ser un desafío, pero cada pequeño paso que demos puede marcar la diferencia tanto para la salud de nuestros hijos como para la salud del océano.