Una familia venezolana de cinco personas necesita unos 40,5 salarios mínimos para acceder a la canasta básica de alimentos, cuyo valor alcanzó en noviembre los 474,87 dólares
La moneda venezolana se devaluó un 71,3% en lo que va de año, según datos del Banco Central del país caribeño, luego de una ficticia “estabilidad” entre octubre de 2021 y agosto de este año, cuando comenzó a tambalearse nuevamente.
A partir de ese momento, el régimen madurista desempolvó términos como “dólar criminal” y “especulativo” para describir el mercado paralelo, usado en la mayoría de las transacciones comerciales en el país.
Este martes el tipo de cambio oficial estaba en 16 bolívares por dólar (desde 4,58 el 3 de enero) y el dólar negro (mercado informal) en 17,47 bolívares.
Una familia venezolana de cinco personas necesita unos 40,5 salarios mínimos para acceder a la canasta básica de alimentos, cuyo valor alcanzó en noviembre los 474,87 dólares, según estimaciones del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
Según el dictador venezolano, Nicolás Maduro, este desequilibrio en el precio de la moneda se debe a “mafias de Miami” que manejan el tipo de cambio para “dañarles las navidades, paz y tranquilidad al pueblo de Venezuela”.
Expertos coinciden no obstante en que son otros los factores que influyen en esta situación, desde el aumento en el gasto público en agosto, cuando se produjo el primer cimbronazo; los aguinaldos del sector público en diciembre, y la guerra en Ucrania, que ha complicado el cobro en Asia de la sancionada renta petrolera venezolana en divisas.
Pero el fondo del asunto es que “la gente no quiere tener bolívares”, explicó a la agencia de noticias AFP el economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica.
“Los bolívares cambian de mano de forma muy rápida porque nadie los quiere, y eso termina generando que cualquier excedente de bolívares que haya en el sistema haga presión en el tipo de cambio”, explicó.
Hablar del tipo de cambio se ha vuelto algo cotidiano entre los venezolanos: la gente dejó de pensar en bolívares y convierte todo a dólares. En un ascensor, por ejemplo, un grupo de empleadas de limpieza calculan cuánto va a caer su ingreso cuando cobren su quincena: el sueldo mínimo, que en marzo cuando se ajustó 1.700% equivalía 28 dólares, hoy no llega a 8 dólares por causa de la devaluación del bolívar.
Venezuela perdió 80% de su PIB entre 2014 y 2020 en una crisis sin precedentes, que empieza a mostrar tímidos signos de recuperación, con el fin de un largo ciclo de hiperinflación y un crecimiento proyectado para 2022 de dos dígitos, según el gobierno.
En su reporte mensual, el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) aseguró que inflación de noviembre en Venezuela fue de 21,9 %, 7,4 puntos porcentuales más que en octubre.
La estabilidad del precio del dólar era otra forma de dibujar el fin de la crisis, después de que el bolívar se depreciara 76% en 2021 y más de 95% cada año entre 2018 y 2020.
“Ese intento del Banco Central de fijar, de anclar la tasa de cambio, desde hace ya hace dos años, ha colapsado”, explicó el economista y profesor universitario Leonardo Vera.
“Se ha buscado un tipo de cambio demasiado bajo” en un país que tiene “inflación de 200% interanual, sin reservas internacionales, y con el motor de su economía -el petróleo- dañado”, argumentó.
Oliveros señala que en los últimos dos meses “el gobierno ha disminuido la cantidad de dólares en efectivo que vende” o inyecta en el mercado para mantener estable la cotización del billete verde, en parte porque “se le está complicando cobrar la factura petrolera en Asia a través de Rusia”, que va a cumplir un año desde que invadió Ucrania.
Para los pequeños comercios, la situación es un desafío cotidiano. La dictadura madurista ha tratado de “bolivarizar” la economía con un impuesto a las transacciones en dólares, pero la pérdida de valor del bolívar lleva a pequeños emprendimientos a buscar afanosamente el billete estadounidense, para lo cual deben recurrir al mercado paralelo ya que no pueden cambiar en los bancos.
El pago de una deuda pendiente del Estado con maestros en agosto dio un fuerte golpe al bolívar, que en apenas 48 horas, entre el 23 y el 25 de ese mes, se depreció casi 20%.
“El gobierno recurrió como siempre al Banco Central de Venezuela para emitir bolívares y hacer ese pago”, señala Henkel García, director de la firma Albusdata. “Sería el preámbulo para noviembre y diciembre”, cuando se pagan los aguinaldos… que quedaron disueltos.
Con este panorama, Elia González, una peluquera de 52 años, no sabe si podrá comprar el tradicional estreno de ropa de diciembre para su hijo. “Tendrá que ponerse lo que tiene de atrás (ndlr: de antes) y si no le queda hay que hacer un sacrificio”.