Nicolás Maduro dijo que habrá elecciones presidenciales en 2024 «en paz y democracia». Y a juicio del presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, esto lo hace el mandatario oficialista para avanzar en el levantamiento de sanciones.
Anaisa Rodríguez.- ND
«En el 2024 vendrán las elecciones presidenciales- El pueblo votará, elegirá y, el 10 de enero de 2025, el presidente electo se juramentará y seguirá el curso de nuestro país, en paz, en democracia, con protagonismo popular. Vale medio lo que opine el imperialismo, la derecha o Europa del proceso democrático venezolano», expresó en una entrevista al economista español Alfredo Serrano, que fue transmitida en VTV.
ND consultó a León, quien aseguró que las declaraciones de Maduro son una señal. «Acaba de anunciar que la elección ocurrirá en la fecha constitucional que es una condiciones previa para dar campo a seguir las negociaciones de flexibilización de sanciones. Sin eso, ninguno de los actores internacionales tendría campo para seguir avanzando y Maduro ya lo definió».
Sin embargo, descartó que esto tenga algo que ver con que en Venezuela vayan a darse elecciones competitivas. «Eso no ocurrirá pero si pueden mejorar condiciones y darle oxígeno a la oposición que hoy está extremadamente debilitada. El juego está difícil, enredado y lleno de ruidos. Pero no está parado».
En este sentido, refirió al papel de la oposición democrática, pero también de EEUU. «El representante de Biden anunció que se puede seguir negociando con el tema de Álex Saab, aunque lentamente y las partes -Plataforma Unitaria y delegación de Maduro- siguen buscando solución a los bloqueadores para el uso de los recursos congelados, con la ONU de aliado. Esto indica que también EEUU sigue activo en la búsqueda de soluciones y tratando de lograr mecanismos de avance a futuro, a pesar de que sabe que una elección competitiva como la que plantea Maduro, no va a ocurrir».
El analista político, enfatizó que no es mucho lo nuevo que se pueda decir sobre el estado de la negociación entre el Ejecutivo y la oposición democrática. «Luce evidente que, en este momento, México está congelado y eso hace que las partes fijen posiciones cada vez más agrias públicamente. Para el Gobierno de Venezuela, no se han cumplido los compromisos adquiridos en las negociaciones previas, por cuanto el Acuerdo Social -descongelamiento de recursos para temas sociales- no se ha podido concretar por múltiples temas».
«Pero además, ellos indican que los avances obtenidos hasta ahora en el tema petrolero no tenían ninguna vinculación con los avances políticos. De hecho, el Gobierno de Maduro fue enfático siempre en exigir sacar de la agenda de la pasada reunión de México, donde se aprobaron las licencias, el tema político y dejarlo para discusiones futuras. Lo cual es cierto» y agregó «el intercambio por las licencias fue económico, no político; e incluía la cesión de control de Pdvsa sobre los campos que controlaba plenamente en los joint venture con Chevron. Algo que no fue nada fácil pues cedía la revolución el control de producción, el control de los proveedores y el destino del crudo sobre el 10% del total de la producción actual del país. Algo que realmente es difícil de vender internamente en el chavismo. Pero al final se negoció y logró en esos términos».
En este orden de ideas, reveló que EEUU tiene una visión distinta, porque la Administración Biden percibe que Nicolás Maduro solo ha recibido cesiones (especialmente petroleras) y no ha entregado nada político a cambio, que ellos consideran el compromiso fundamental.
«Se sienten que sin avances en ese plano, no hay margen para negociaciones y han congelado cualquier otra cesión de su parte en el tema central que es el petrolero y gasífero, donde hay un gran número de intereses de Europa y el resto del mundo, que se sienten discriminados ante la licencia focalizada en la que ellos no participan y buscan su homologación».
Por todo esto, México se mantiene en stand by y las partes empiezan a mostrar sus posiciones de presión: EEUU declarando que no avanzará más en flexibilización sin recibir a cambio avances en el tema político; y el gobierno de Maduro declarando -como declaró- que no va a ceder condiciones políticas y seguir negociando con la oposición hasta que EEUU no elimine las sanciones.
«Pero la verdad, lo que realmente está ocurriendo es que se sustituyó México por negociaciones paralelas que han seguido su curso fuera de esas rondas. Son negociaciones de diferentes tipos que se están dado por fuera e involucran diferentes actores y temas. La presión europea está vigente para buscar que se concreten algunas flexibilizaciones políticas previas a la elección y poder dar cabida a la participación de la UE en observación y seguimiento de la misma para tratar de mejorar condiciones, dentro de las cuales la fecha en 2024 era un punto (que en el fondo fue el anuncio de Maduro la semana pasada, desechando la amenaza de adelantar las elecciones rompiendo la constitución)».
Según León, hay negociación sobre presos políticos y otros aspectos que incluyen hasta la posibilidad de hablar del canje de Álex Saab cuando haya avanzado su juicio, lo cual por supuesto incluiría otra parte de cesión de Maduro.
Asimismo, afirmó que la oposición y el Gobierno si están negociando condiciones electorales y de ahí saldrán algunos temas que Europa y América Latina consideran claves como alguna habilitación de candidato y la conformación del CNE y comentó «al final, si ves estas negociaciones entiendes que son los mismos temas que estarían en México pero disgregados en diferentes espacios y con velocidades de avance distintos. Por supuesto que estas negociaciones se realizan en el medio de varias restricciones evidentes».
Los escenarios no posibles
1) «No es verdad que el gobierno venezolano irá a una elección transparente y democrática pura, no importa lo que ofrezcan a cambio. Lo maximo que permitirá son avances que mejoraren condiciones políticas, siempre que esté garantizada su preservación en el poder y mucho más sin tener una negociación de reducción de costos de salida que hoy son infinitos. Pero que el no está buscando, porque no tiene la más mínima intención de salir.
2) No es posible que EEUU libere al gobierno de sanciones generales y personales. Lo máximo es que se pueden negociar algunas flexibilizaciones atadas a algunos avances concretos en la política, que por cierto es más probable que consigan Europa y Latinoamérica, que el mismo EEUU.
3) La demanda de liberación de sanciones como fase previa a la negociación política es simplemente una posición de presión del gobierno venezolano, pero no algo que pueda ocurrir ni que límite en realidad que se produzcan avances parciales, muchos de los cuales han ocurrido ya en el pasado.
León agregó que en medio de este «berenjenal» hay que tratar de separar los ruidos de las señales y entender lo que está en el «corazón» de las declaraciones de ambas partes y no en el «condimento» que usan para presionar y minimizar los costos internos en sus propios grupos. «Maduro atacó el imperialismo y dijo que no le importaba lo que pensaran los demás, nada nuevo pero obviamente que si le importa pues si no, no estuviera negociando aunque lento y difícil. Ese es el ruido».