¡ABANDONADOS A SU SUERTE! Proliferación del "rebusque" como mecanismo de subsistencia de los educadores

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Caracas.- 68% de los educadores públicos venezolanos realizan alguna actividad económica adicional a su empleo como docentes para poder complementar sus ingresos. Esta es una de las conclusiones del estudio Desafíos del personal docente en Venezuela, realizado y publicado por el centro de investigación Equilibrium – Centro para el Desarrollo Económico (CenDE), en el que se analiza la situación actual del personal docente en Venezuela desde cuatro dimensiones de la política docente: formación inicial, formación continua, carrera docente y remuneración e incentivos.

Por Génesis Carrero Soto / EL PITAZO “La situación en materia de remuneración e incentivos es ampliamente conocida: una pulverización total de los salarios, la inoperatividad de los sistemas de asistencia social, la proliferación del ‘rebusque’ como mecanismo de subsistencia de los educadores y la degradación de la profesión docente a través del sistema de contrato único de los trabajadores del sector educación”, se desprende del estudio.

Para la investigación se consultó la opinión de 427 personas, distribuidos en los siguientes grupos: 1) 257 docentes de 129 planteles educativos (100 planteles públicos, 16 privados y 13 subvencionados); 2) 163 estudiantes de la carrera de educación, matriculados en 14 instituciones académicas públicas y privadas; 3) 3 directores de la Escuela de Educación de importantes universidades del país (UCV, Ucab, LUZ) y; 4) 4 directores de planteles educativos (2 de Caracas, 1 del Zulia y 1 de Lara). Adicionalmente, se participó en 2 reuniones virtuales organizadas y se contó con el complemento de información documental recabada de diversas fuentes académicas, documentos oficiales y reportes de sindicatos, ONG, y expertos en la materia.

El análisis, ejecutado con un proceso de consulta a través de encuestas, entrevistas y conversaciones con actores clave de la problemática, revela igualmente el marco en el que se dictan clases virtuales. Del documento se desprende que 42% de los docentes consultados aseguró que no tenía ninguna capacitación para impartir educación a distancia.

Asimismo, se refiere a la formación docente y hace mención a que 75% de los maestros consultados declararon haber participado en cursos, talleres u otras actividades de formación o actualización durante los últimos dos años. Sin embargo, apenas un 25% de esta formación fue proporcionada por el Estado, de acuerdo a los encuestados.

¿Qué pueden comprar los docentes venezolanos con su salario?

Sin filtro

El estudio refleja como uno de los desafíos de la docencia en Venezuela la flexibilización de las políticas de ingreso a las universidades para ser maestro. En este sentido, destaca que “a partir del 2007, el Ejecutivo Nacional introdujo importantes reformas en el Proceso Nacional de Admisión (PNA) a las universidades con el objetivo de masificar el acceso a la educación superior en los sectores tradicionalmente excluidos (estudiantes egresados de planteles públicos, de bajo nivel socioeconómico y residentes de regiones geográficas remotas). Estas reformas incluyeron la eliminación de la Prueba de Aptitud Académica (PAA) y del índice académico tal cual se calculaba, así como la presión hacia las universidades autónomas para que flexibilizaran sus procesos internos de admisión”.

Para la investigadora, estos cambios “desvirtuaron el proceso de ingreso a la educación superior, al punto que los criterios académicos pasaron a ser casi irrelevantes. La máxima expresión de ello lo constituyen la Misión Sucre y la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), creadas en 2003 por el Estado venezolano como instituciones paralelas a las universidades tradicionales y en las cuales no se realiza ningún filtro académico para ser admitido”.

Del documento se desprenden algunas recomendaciones, de las que destacan: la promoción del ingreso de mejores candidatos a la docencia, elevando el nivel de exigencias para ingresar a los estudios pedagógicos, el fortalecimiento de la calidad de los programas de formación inicial docente, la disposición de mecanismos transparentes para el acceso a las plazas docentes y para la asignación de funciones, la garantía de condiciones materiales adecuadas para el proceso de enseñanza y aprendizaje, y el diseño e implementación de una política de remuneraciones e incentivos clara y articulada para estimular la labor profesional docente.