Máquinas fiscales que hay que cambiar para aplicar el IGTF cuestan unos $1.000 a los comerciantes

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La presidenta de Consecomercio, Tiziana Polesel dijo que algunos comerciantes no han podido adecuarse para pagar el IGTF que establece que lo que sea cancelado en dólares en efectivo, criptomonedas, Paypal o Zelle, será pechado con 3%, debido a que algunas máquinas fiscales no admiten la modificación necesaria y una nueva cuesta unos 1.000 dólares.

Anaisa Rodríguez.- ND

La aplicación del IGTF, que tenía previsto que se implementara a partir de este 28 de marzo, se ha convertido en un inconveniente para los comerciantes, Polesel consideró que su aplicación ha sido «apresurada» porque al comercio no le ha dado tiempo de entender cómo tiene que aplicarlo y además, el comerciante está teniendo complicaciones técnicas. «Esto ha significado un problema y solicitamos la prórroga de esta aplicación porque no hemos tenido tiempo, ni recursos para poder implementarlo», expresó en entrevista en Primera Página de Globovisión.

«Tenemos muchísimas dudas, el Ministerio de Finanzas hizo una reunión y un taller, pero quedaron dudas y muchas interrogantes: ¿Cómo aplicaremos el impuesto? ¿Qué pasa cuando la factura tiene diferentes formas de pago? ¿Qué pasa cuando una factura es a crédito? Y lo más grave son las máquinas fiscales, no todos han podido adaptar el software y hay otras máquinas fiscales que no admiten esa modificación y deben cambiar la máquina, deben pagarla de contado y cuentan unos 1.000 dólares».

Polesel criticó que esta reforma a la ley que existía desde 2013, representa una gran contradicción «desde el nombre». «Al decir grandes transacciones, el consumidor pensará que si compra 4 productos en un supermercado no tendrá que pagarlo, pero no es así. Será afectado todo lo que se paga con moneda extranjera y desde el nombre empieza la confusión».

«Es importante la consulta previa con el menudeo, con el sector que tiene que implementarlo, así se hubieran podido aclarar muchas dudas; no nos negamos a pagar impuesto, pero pudimos haber sido consultados. Ahora, hay demasiadas dudas, entramos en el terreno de la irracionalidad».

Consecomercio asistió a una reunión en el Ministerio de Comercio hace unos días, donde les resaltaron que debía priorizarse el uso del bolívar, pero no es tan fácil porque la realidad es que conseguir bolívares es un problema. «Nos dijeron que la banca estaba preparada para suministrar bolívares en físico, los que necesitáramos, pero lo que nos reportan nuestras cámaras es otra cosa, sigue siendo muy complicado ir a un banco e intentar obtener bolívares en físico, es difícil para el ciudadano común, mucho más para el comerciante».

Pese a que el economista y sociodirector de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, todavía tiene muchas dudas sobre la aplicación del IGTF, aseguró que este puede afectar el ligero impulso que viene registrando la economía desde finales de 2021.

Así lo dijo en entrevista concedida a Román Lozinski esta mañana. «Definiría lo que está pasando ahora en una sola palabra: confusión. Los comercios no tienen mucha idea de cómo será el registro, el cobre de impuesto y los usuarios tampoco. La interpretación es muy difusa y está sujeta a diferentes elementos que no están claros, como lo que es un sujeto pasivo especial, no se sabe si este es diferente a lo que conocemos como contribuyente especial. También hay confusión sobre las diferentes tasas y cuáles serán aplicadas a cada método de pago específico. Otro elemento que confunde es sobre el pago o declaración de dicho impuesto ¿lo pongo en la factura o me lo va a cobrar el Seniat?».

A su juicio, el IGTF no se aplica con el objetivo de recaudar, sino de volver al uso del bolívar. «Insisto que la premura no es recaudar, sino volver a usar el bolívar, estimular el uso del bolívar y que buena parte de los dólares que están circulando se formalicen en el sistema financiero, porque del total de dólares que circulan en el país, apenas 20% está dentro de los bancos y ahora apuntan a canalizar ese 80% que está en colchón bank, es decir que los tiene la gente en casa».