Migrantes venezolanos duermen en estaciones de policía de Chicago por carencia de refugios

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LWS119. MCALLEN (EE.UU.), 26/06/2018.- Familias migrantes cruzan la calle después de ser procesados en la estación central de autobuses antes de ser llevados a Caridades Católicas hoy, martes 26 de junio de 2018, McAllen, Texas (EE.UU.). El presidente Trump ordenó la semana pasada que su Gobierno frenara la separación de las familias en la frontera y que en cambio mantuviera juntos a los niños con sus padres o familiares en centros de detención. Esa división de las familias era una consecuencia de su política de "tolerancia cero" hacia la inmigración ilegal, que lleva a su Ejecutivo a procesar criminalmente a los indocumentados. Hasta ahora, las autoridades han reunido con sus familiares a 522 niños inmigrantes, aunque 2.053 menores siguen recluidos, según datos publicados el sábado por el Departamento de Seguridad Nacional. EFE/LARRY W. SMITH

El nuevo alcalde de Chicago está lidiando con la forma de alojar a los cientos de inmigrantes que llegan en autobuses desde la frontera entre Estados Unidos y México, algunos de los cuales duermen en comisarías de policía y refugios que no dan abasto tras el aumento de los cruces fronterizos a principios de este mes.

La Patilla

Las autoridades de la tercera ciudad más grande de Estados Unidos han dicho que no pueden permitirse alquilar habitaciones de hotel para todos los migrantes que llegan y han presionado para conseguir más fondos federales. Algunos migrantes que buscan un lugar seguro para dormir han recurrido a las comisarías de policía.

“Estamos esperando a ver dónde nos van a ubicar”, dijo Tomás Orozco, un migrante de 55 años que llegó a un refugio de Chicago el miércoles con su familia tras un arduo viaje de siete semanas desde su país de origen, Venezuela.

El viaje les llevó a través del Tapón del Darién, una selva inhóspita que separa Colombia de Panamá, y los miembros de su familia seguían enfermos por beber agua contaminada, dijo Orozco.

La pugna por encontrar alojamiento en Chicago y otras ciudades se produce tras el fin la semana pasada de las restricciones fronterizas COVID-19, conocidas como Título 42, que permitían a las autoridades estadounidenses expulsar a los migrantes a México sin posibilidad de solicitar asilo en Estados Unidos. Decenas de miles de personas se apresuraron a cruzar ilegalmente la frontera antes de que el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pusiera en marcha una nueva y estricta normativa de asilo en sustitución del Título 42.

El alcalde de Chicago, el demócrata Brandon Johnson, que tomó posesión de su cargo el lunes, reafirmó el compromiso de la ciudad de acoger a los solicitantes de asilo en su discurso de investidura, afirmando que “hay sitio para todos”.

La predecesora demócrata de Johnson, Lori Lightfoot, declaró el estado de emergencia a principios de mes, calificando la llegada de inmigrantes de “crisis humanitaria” y presionando para obtener más ayuda federal.

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