El Consejo Nacional Electoral necesita recuperar su autonomía e independencia para poder cumplir con las responsabilidades que le confiere la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Esto es fundamental para reconstruir la confianza de los electores y asegurar que puedan ejercer su derecho al voto de manera directa y secreta, sin obstáculos.
Además, es necesario que el máximo órgano electoral abra el registro electoral de manera oportuna, para permitir que los nuevos votantes se inscriban sin demoras y poner fin a la práctica de trasladar a los electores a otros centros de votación sin justificación y sin el conocimiento de los ciudadanos. También es crucial evitar cualquier tipo de ventajismo por parte del oficialismo, que ha sido evidente en procesos electorales anteriores debido a la falta de supervisión del órgano electoral.
Las acciones desmedidas del Plan República han sido siempre un obstáculo para los electores, ya que invaden espacios dentro de las salas de votación sin tener la facultad ni la competencia constitucional para hacerlo. Además, es inaceptable utilizar la logística de las fuerzas armadas para trasladar a electores afines al oficialismo a los centros electorales.
Si el nuevo CNE no corrige todas estas irregularidades heredadas de administraciones anteriores, estaremos enfrentando los mismos problemas una vez más. Es importante recordar al recién elegido CNE que los derechos políticos son derechos humanos y que tienen la obligación de garantizar, proteger y respetarlos, tal como lo establece nuestra Constitución. La soberanía popular reside en el voto, ¡no permitan que sea vulnerado!