¡A PARIR, A PARIR! Llenemos la patria de analfabetas, delincuentes y marginales

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Las matemáticas nunca han sido el fuerte de Nicolás Maduro. Mucho menos eso que llamamos cultura general y que incluye información básica sobre cómo se reproduce la pobreza en el Tercer Mundo. Información que cualquier Elías Jaua pudo haberle explicado minutos antes de que Maduro metiera las botas hasta el fondo con su más reciente chistecito, ese de invitar a las venezolanas «a parir seis hijos para que crezca la patria».

Elizabeth Fuentes | El Cooperante

Y lo dice justo cuando está en el acto «Parto Humanizado» dirigido a estimular a las mujeres humildes a que alimenten naturalmente a sus hijos debido al altísimo costo de la leche de fórmula. Solo que en esa cuenta, a Nicolás se le olvidó también el costo de los pañales y de los alimentos para la madre encinta y para los cinco hermanos que Maduro le ordenó parir y para el transporte para enviarlos a escuelas, y menos aun, recordó el bien alimentado presidente de Miraflores, que si cualquiera de los seis muchachitos se enferma, pues los hospitales pediátricos se están cayendo por falta de medicinas, personal profesional, alimentos y agua.

Porque ni agua hay en algunos hospitales, ciudadano Maduro, incluyendo los hospitales materno-infantiles, donde las parturientas son ruleteadas de uno en uno porque están todos hasta los tequeteques de mujeres pujando, muchas de las cuales han debido de dar a luz «humanitariamente» en la cola de espera o en la acera de enfrente del hospital.

Y luego, como se ha cansado de explicarlo la doctora Susana Rafalli, experta en el área, esos niñitos pobres terminarán formando parte de la altísima cifra de desnutrición infantil que, según Unicef y Caritas, oscila entre 13% y 16% , lo que significa una condena previa para esos pequeños que crecerán con todas las carestías físicas e intelectuales posibles, desnutrición que los obligará a vivir en el sótano de la sociedad sin posibilidades de ascender por sus propios medios, entonces la mayoría buscará sobrevivir por la vía de la delincuencia o la prostitución. Que es el camino que han tomado muchos desde hace 20 años, por cierto.

«A parir, a parir más de seis hijos», dice Maduro. Y en su irresponsabilidad también olvida que el bono para las embarazadas que inventó el año 2017 lo ha tenido que ir aumentando año tras año- de 25 mil mensuales lo duplicó a 50 mil el año pasado-, como si semejante miseria fuese suficiente para las necesidades de madre e hijo, lo cual no solo revela el tremendo desprecio del gobierno por los humildes – a quienes supone que les debería bastar con que les lancen migajas-, sino la ignorancia más absoluta del tren ejecutivo tanto en lecciones básicas sobre generación de pobreza como en matemáticas simples. Porque si a ver vamos, ¿acaso no ha pensado Maduro que si cada madre tiene seis hijos a partir de hoy, el segundo o el tercero de esos bebés va a nacer con otro presidente en Miraflores?