El Parque del Este, también conocido como Generalísimo Francisco de Miranda, está enfrentando una lenta pero segura muerte. Marlene Sifontes, secretaria del Sindicato Unitario Nacional de Empleados Públicos del Instituto Nacional de Parques (Sunep-Inparques), afirma que las autoridades encargadas de su preservación están permitiendo su degradación sin tomar medidas efectivas.
El estado de deterioro del parque va más allá de la falta de mantenimiento de los baños, el crecimiento descontrolado de maleza, la escasez constante de agua y la desaparición de especies. Según Sifontes, lo que amenaza realmente el futuro del parque son los secretos a voces sobre las decisiones y acciones que se toman dentro de sus 82 hectáreas.
El verde está perdiendo la batalla ante el cemento, lo cual es una historia de abandono e improvisación que se ha prolongado durante años. La obra paisajística del reconocido artista plástico y paisajista Roberto Burle-Marx, creador del parque, ha sido completamente transformada debido a la indiferencia y negligencia de las autoridades.
Sifontes denuncia que el parque está lleno de cicatrices que no se curan y nuevas heridas que se hacen cada vez más profundas. Además, señala que las políticas públicas o la falta de ellas han dejado al parque en un estado de vulnerabilidad difícil de recuperar si no se toman medidas rápidas y conscientes.
En Sunep, son críticos de la administración pública y solo reconocen al Parque del Este como su nombre oficial. Sifontes explica que el Frente Francisco de Miranda y sus imposiciones marcaron el inicio del deterioro del parque. A lo largo de los años, ha habido denuncias constantes sobre construcciones ilegales y deficiencias en el sistema de gestión, pero la situación actual es peor que nunca.
Según Sifontes, el Sistema Nacional de Parques es uno de los servicios públicos más importantes de Venezuela, especialmente para un país con una gran diversidad biológica. Sin embargo, las autoridades a cargo, como Inparques y el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo, han relajado las normas y han cambiado los planes de ordenamiento a su conveniencia.
Sifontes critica las justificaciones de las autoridades, como el argumento de que el uso de tecnología reduce el impacto ambiental en el parque. Según ella, esto no tiene sentido, ya que el parque es un reservorio y la Constitución establece que es responsabilidad de todos garantizar la preservación de la biodiversidad para las futuras generaciones.
La situación dentro del parque es desoladora. Sifontes revela que el personal de Inparques solía ser conocido como «los que cuidan las matas» y eran invisibles para la mayoría. Sin embargo, desde 2011, la política ha entrado en el instituto y la situación ha empeorado.
El parque ha sido objeto de una serie de eventos desafortunados, como la sustitución de la nao Santa María por el Buque Leander, que dejó un hueco peligroso en medio del Lago de botes. También se han producido problemas en el vivero didáctico, la zona de fauna y el aviario. Muchos animales han muerto en circunstancias misteriosas y las autoridades no han dado explicaciones claras al respecto.
En la actualidad, el parque cuenta con una cantidad reducida de personal y muchas áreas están en mal estado. Además, se están llevando a cabo construcciones que van en contra de la naturaleza misma del parque, como una concha acústica y un skate park.
El Parque del Este también enfrenta problemas como la invasión de plantas parásitas, la tala de árboles y la acumulación de basura. A pesar de todo esto, las autoridades parecen no tomar medidas efectivas para proteger y preservar el parque.
Sifontes hace un llamado al presidente Nicolás Maduro para que tome acciones y recuerda el caso del Parque Nacional Morrocoy, donde se demolieron casas construidas ilegalmente. Ella insta a las autoridades a tomar conciencia de su responsabilidad y trabajar hacia una mayor conservación del parque.
En resumen, el Parque del Este está enfrentando una grave crisis debido a la falta de mantenimiento, las decisiones arbitrarias y la falta de políticas adecuadas. Si no se toman medidas urgentes, este importante pulmón verde de Caracas seguirá siendo víctima de la negligencia y la indiferencia.