Shell y la empresa estatal National Gas Company (NGC) de Trinidad y Tobago podrían lograr que el proyecto de gas natural en aguas venezolanas comience su producción en los próximos dos años, si se toma la decisión de inversión correcta, según informaron funcionarios trinitarios a la agencia de noticias Reuters.
El jueves, Venezuela y Trinidad firmaron una licencia de 30 años que otorga a Shell y NGC los derechos para producir y exportar gas natural frente a la costa venezolana.
Esta autorización se logró después de que Estados Unidos aprobara el proyecto en enero. Durante años, ambas partes habían intentado llegar a un acuerdo para la explotación conjunta de gas en alta mar sin éxito. Se espera que el proyecto Dragón, junto con el proyecto Manatee ubicado en aguas trinitarias, aporte hasta 1 billón de pies cúbicos de gas en su primera fase.
La licencia permitirá enviar una producción inicial de 185 millones de pies cúbicos diarios de gas venezolano a Trinidad para la producción de gas natural licuado (GNL) y petroquímicos. Trinidad ha estado buscando acceso a las vastas reservas de gas de Venezuela, mientras que Venezuela busca una nueva fuente de ingresos a través de la exportación de gas. Shell será la encargada de operar el proyecto Dragón y un gasoducto de 18 kilómetros que conectará el campo con la plataforma de producción Hibiscus en Trinidad.
Según el primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, si su país no tuviera una relación cercana con Venezuela, Shell no habría tenido esta oportunidad.
Algunas sanciones a Venezuela fueron flexibilizadas por Estados Unidos en octubre, lo que permitió el acuerdo para garantizar elecciones presidenciales libres en 2024. Pdvsa descubrió el campo de Dragón y otros tres campos de gas costa afuera hace más de una década, pero el proyecto no se ha desarrollado comercialmente debido a la falta de socios, inversiones y las sanciones estadounidenses.