Primero Delcy Rodríguez y ahora Alex Saab: Fernando Carrillo tiene nuevo padrino y da un anuncio a Venezuela

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Quien fuera el galán de telenovelas más cotizado en el país en los años 90’s, no esconde ya sus vínculos con personajes polarizantes de la política venezolana.

Con Informacion de Redes

Tras protagonizar telenovelas de alto rating en la pantalla chica y robar suspiros a miles de fanáticos, Fernando Carrillo ahora hace otro papel.

Luego de anunciar la separación de su esposa 30 años menor, Gabriela Rodríguez, Carrillo emprende una nueva etapa en Venezuela.

    Según se interpreta de un video colgado en TikTok, hará producciones en la devastada industria nacional de entretenimiento, que cayó en desgracia con Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

    ¿Quién es el padrino? Nada más y nada menos que el colombiano Alex Saab, ex-preso en Estados Unidos por lavado de dinero y ahora titular de los negocios de Venezuela con potencias extranjeras.

    Pero el vínculo de Carrillo con el régimen no es nuevo. Él mismo ventiló un romance con la Vicepresidenta Delcy Rodríguez, a quien calificó como una mujer «brillante».

    De nuevo ha salido a dar la cara por el chavismo, anunciando nuevas producciones, al lado de Saab.

    «Desde hace rato les estoy diciendo que lo que viene para el medio artístico y para los actores y artistas venezolanos es una nueva industria, bollywood», dice.

    «Y va a ser la nueva forma venezolana de contar la historia al mundo, les quiero presentar una nueva etapa y un gran amigo» y voltea la cámara del celular para presentar a Alex Saab: «Vamos con todas», dice el segundo.

    Según Carrillo «vuelven las novelas, series y películas».

    La industria del entretenimiento en Venezuela es una de las más golpeadas, sobreviven unos pocos medios bajo la amenaza de cierre por orden del régimen.

    El primer coloso de la televisión en caer, por orden directa de Hugo Chávez, fue RCTV, dejando uno de los episodios de la vida real más tristes para el país.

    La licencia de operaciones del canal fue entregada al chavista Winston Vallenilla, quien el día del cierre había sido visto llorando junto a sus compañeros y hoy se ha convertido en imagen del régimen.

    Quien fuera el galán de telenovelas más cotizado en el país en los años 90’s, no esconde ya sus vínculos con personajes polarizantes de la política venezolana.