Las autoridades venezolanas han tomado medidas para abordar los derrames de petróleo en el lago de Maracaibo, el más grande del país. Según informes, se han reemplazado 166 kilómetros de tuberías que atraviesan el lago como parte de un plan de saneamiento y conservación del estuario. Hasta ahora, se han sustituido 11 kilómetros de tuberías de acero por tubos flexibles para prevenir derrames y filtraciones de petróleo. Se espera que en una segunda fase se reemplacen otros 66 kilómetros de tuberías, con el objetivo de instalar un total de 700 kilómetros de tuberías nuevas en la región fronteriza con Colombia.
El jefe de la comisión presidencial encargada del lago, Néstor Reverol, mencionó que el gobierno está trabajando para que la tubería flexible sea producida en el país por los trabajadores locales, aunque no se proporcionaron más detalles al respecto.
El Ministerio de Ecosocialismo (Ambiente) informa regularmente sobre los avances en el plan de descontaminación del lago de Maracaibo, que ha sido afectado por la proliferación de una bacteria llamada verdín, los derrames constantes de la estatal petrolera Pdvsa y la acumulación de diversos desechos. Entre las medidas adoptadas por el gobierno se encuentra la implementación de un plan para fortalecer la fiscalización de las industrias establecidas en el lago, aunque aún no se ha especificado cuándo se pondrá en marcha ni cuál será el alcance de las sanciones por la contaminación de estas aguas.