El experto petrolero afirmó que el régimen de Nicolás Maduro acordó con Irán el envío de 5 buques cargados con 1.400.000 barriles de combustible a cambio de 9 toneladas de oro
Por El Nacional
José Toro Hardy, economista y exdirector principal de Petróleos de Venezuela, afirmó que el punto de inflexión que acentuó la escasez de gasolina en Venezuela fue el retiro de la estatal rusa Rosneft, que compraba el combustible para su consumo interno.
«Pero se fueron del país y nadie la ha reemplazado. Además, con motivo de las sanciones, nadie ha querido traer gasolina a Venezuela. No hay gasolina en el país y las colas en las estaciones de servicios son de días. Esta situación ya existía en el resto del país hace bastante tiempo, pero ahora llegó a Caracas», dijo.
El experto petrolero ofreció una entrevista al diario español ABC, en la que afirmó que el régimen de Nicolás Maduro acordó con Irán el envío de 5 buques cargados con aproximadamente 1.400.000 barriles de gasolina a cambio de 9 toneladas de oro.
Toro Hardy indicó que, sin embargo, básicamente la caída de los precios del petróleo hizo que la estatal rusa abandonara Venezuela. Explicó que Rusia es un país absolutamente dependiente del petróleo y se trata de su principal sector de la economía.
«Cuando los precios del petróleo se vienen abajo, Rosneft pierde interés en Venezuela y por lo visto toma la decisión de concentrarse en la producción doméstica. Su economía está muy afectada con la caída de los precios y con la caída del consumo derivada de la pandemia», agregó.
Puntualizó que Rosneft tenía participación en algunas empresas mixtas, pero no vinculadas con la refinación sino con la producción. Asimismo, afirmó que la compañía compraba el 60% de todo el petróleo que exportaba Venezuela.
«Se dice que ellos estuvieron revisando las refinerías para ver si llegaban a un acuerdo en el cual podrían reactivarlas, pero por lo visto encontraron que la inversión que había que hacer era muy alta y decidieron no llevarla acabo», dijo.
Toro Hardy expuso que, según estimaciones, entre inversiones y gastos habría que destinar a 25.000 a 30.000 millones de dólares por año por los próximos 10 años para recuperar la producción que teníamos hace 20 años.