Los talibanes se comprometieron a respetar los derechos humanos en Afganistán tras la retirada de tropas de EEUU.
Pero el retorno al poder de los fundamentalistas hace dos años supuso el fin de los avances logrados por las mujeres en las dos décadas anteriores. Desde vetar el acceso a la educación hasta la medida más reciente de ordenar el despido de aquellas que no lleven puesto el velo en sus puesto de trabajo, los talibanes han impuesto una plétora de restricciones que atentan contra los derechos de las mujeres mientras la crisis humanitaria y económica se agrava por falta de apoyo de la comunidad internacional.
El Gobierno de los talibanes salió este martes a las calles de Afganistán para conmemorar su segundo aniversario en el poder tras la «conquista de Kabul».
Miembros del grupo de los fundamentalistas y seguidores del movimiento ocuparon las calles izando la bandera blanca inscrita con el Shahada, símbolo del autodenominado Emirato Islámico de los fundamentalistas, para celebrar lo que denominan «la conquista de Kabul» tras casi dos décadas de invasión estadounidense.
Pero no hay un júbilo generalizado y los activistas de los derechos humanos y las mujeres tienen motivos sobrados para la pesadumbre. La Red de Participación Política de Mujeres de Afganistán reconoció que este martes es «un día negro en la historia de Afganistán».
El viceprimer ministro de asuntos administrativos del Gobierno talibán, Abdul Salam Hanafi, culpó este martes a EEUU de los crímenes cometidos en las dos décadas de invasión y que llevaron al país al borde del desastre. «Martirizaron a miles de afganos y convirtieron a cinco millones en adictos a las drogas», dijo Hanafi durante su participación en la celebración, que contó con la participación de los ministros de Minas y Petróleo, Información y Cultura, Desarrollo Urbano y otros altos funcionarios del Gobierno talibán en Kabul. La oficina del portavoz del Gobierno de los talibanes, por su parte, insistió en un comunicado que el país asiático no va a permitir que ningún invasor vuelva a amenazar la independencia y la libertad de Afganistán.
El Periódico