Un grupo de manifestantes venezolanos se congregó en Times Square, en el corazón de Nueva York, para exigir a la comunidad internacional, reunida en la Asamblea General de la ONU, que presione al presidente Nicolás Maduro para cerrar los centros de tortura en Venezuela y liberar a más de 300 presos políticos.
Con camisetas negras y gafas de realidad virtual, medio centenar de activistas ofrecieron a los transeúntes la experiencia de ingresar al Helicoide, un centro de detención ubicado en Caracas que ha sido catalogado como el mayor centro de tortura en Latinoamérica. Víctor Navarro, periodista y líder de la organización Voces de la Memoria, encabezó el grupo junto a un equipo de 30 personas que también fueron presos políticos. Ellos diseñaron esta experiencia para recrear las terribles condiciones de las celdas y permitir a los participantes escuchar testimonios en primera persona.
«Las personas están presenciando y escuchando torturas, viendo cómo vive un preso político en las condiciones en las que Maduro está torturando en Venezuela», declaró Navarro a la agencia de noticias EFE. Él mismo fue allanado por agentes del servicio de inteligencia en 2018 y pasó cinco meses en el Helicoide. «Cada día es tortuoso, porque buscan deshumanizar lo más íntimo de tu ser y nunca sabes si vas a salir: juegan con tu mente y te torturan», relató el joven, quien ahora tiene estatus de refugiado en Argentina.
La manifestación en Times Square también tuvo un componente político, ya que los manifestantes buscaban llamar la atención de los gobiernos que se autodenominan democráticos. Navarro instó a esos gobiernos a exigirle al régimen de Maduro, con el cual muchos mantienen relaciones comerciales en busca de petróleo o gas, que cierre los centros de tortura y libere a los presos políticos.
Además de dirigir mensajes a Estados Unidos y la Unión Europea, Navarro destacó que Venezuela también tiene ciudadanos detenidos arbitrariamente y subrayó que los venezolanos están alzando la voz en nombre de todos los ciudadanos que sufren en centros de tortura, los cuales existen también en otros países de la región.