Venezolanos y hondureños van encadenados: caravana de migrantes avanza hacia la frontera norte de México

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Un grupo numeroso de migrantes, compuesto por alrededor de 7.000 personas, inició su marcha desde la frontera sur de México el día de ayer. Esta decisión fue motivada por la frustración que sintieron tras la Cumbre Migratoria de Latinoamérica celebrada el pasado 22 de octubre, donde no se lograron avances significativos, y por la negativa del Gobierno de emitir permisos que les permitieran transitar por el país y llegar a la frontera norte.

Entre los migrantes, se encontraban seis hombres de nacionalidad venezolana y hondureña, así como cinco mujeres, quienes salieron encadenados y portando banderines blancos como símbolo de paz y para exigir documentos de tránsito que les permitieran abandonar la situación en la que se encontraban varados desde hace días y meses. Su objetivo era obtener la documentación necesaria para acreditar su estancia legal en México.

La caravana, conformada principalmente por migrantes provenientes de Honduras, Venezuela, Haití, Cuba, El Salvador y Guatemala, incluía aproximadamente 3.000 niños y mujeres. Estas personas caminaban lentamente, algunos con sillas de ruedas y andaderas, huyendo de la pobreza, la marginación, la inseguridad y las pandillas en sus países de origen.

Entre los migrantes, se encontraba una pareja de venezolanos llamados Ernesto Fernández y Marli Briceño, quienes se unieron a la caravana con la esperanza de llegar a la frontera norte. Fernández explicó que la situación en Venezuela, tanto política como económica, los había llevado a buscar un mejor futuro en los Estados Unidos de América. Anteriormente, él trabajaba como chef en su país y ahora buscaba oportunidades laborales en su nuevo destino.

Otro migrante, llamado Edwin, llevaba cadenas sobre su hombro como símbolo de la falta de progreso y las dificultades que habían enfrentado en Tapachula, donde habían sido asaltados y no encontraban oportunidades para continuar su camino. Edwin expresó que no tenían más opción que unirse a la caravana debido a la falta de dinero y empleo en la ciudad. Además, pidió al Gobierno de México que les brinde apoyo para continuar su camino, ya que no deseaban quedarse en Tapachula.

Irineo Mújica Arzate, director de la Organización Pueblos Sin Fronteras, afirmó que el objetivo de esta caravana era salvar vidas, continuar su camino y obtener documentos que les permitieran evitar ser víctimas del crimen organizado y el narcotráfico. Según Mújica Arzate, esta caravana era una oportunidad para que los migrantes encontraran seguridad y un futuro mejor.

Después de caminar durante varias horas, los migrantes llegaron a la comunidad de Álvaro Obregón, ubicada a unos 15 kilómetros de Tapachula, donde descansaron y evaluaron si continuarían caminando según las condiciones climáticas.

La situación en la frontera sur de México refleja un flujo migratorio sin precedentes en la región, según advirtió la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) el mes pasado. De acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, hasta 16.000 migrantes llegan diariamente a las fronteras de México.