Dentro de un mes, Venezuela llevará a cabo un referendo consultivo con el objetivo de aprobar la anexión de la Guayana Esequiba, un territorio en disputa con Guyana. Aunque el referendo no tendría un carácter vinculante, representa un movimiento unilateral por parte de Caracas y marca la mayor apuesta de Venezuela en esta controversia de larga data.
Esta decisión del gobierno de Nicolás Maduro ha aumentado la tensión diplomática, con rechazo diario por parte de Guyana y otras instancias internacionales. Mientras tanto, el chavismo defiende firmemente que la Guayana Esequiba pertenece a Venezuela debido a sus abundantes recursos de hidrocarburos.
El conflicto territorial, que se remonta a la época colonial, ha escalado después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) se declarara competente para resolverlo y Guyana autorizara exploraciones petroleras en la zona. Estos dos acontecimientos agotaron la paciencia de Venezuela y llevaron al gobierno a optar por el referendo para respaldar su reclamo sobre la zona.
Se espera que las cinco preguntas del referendo reciban respuestas afirmativas abrumadoras, ya que el aparato político del oficialismo ha promovido intensamente el voto a favor. Sin embargo, el resultado no será vinculante ni resolverá la controversia, lo que plantea interrogantes sobre cómo utilizará Nicolás Maduro el supuesto «mandato popular» a favor de la anexión.
El Parlamento, controlado por el chavismo, propuso el referendo para preguntar a los venezolanos si apoyan acciones para retomar el control de la Guayana Esequiba. Aunque la respuesta es obvia, no resolverá la controversia y alejará a Venezuela de su argumento histórico basado en el Acuerdo de Ginebra de 1966, que insta a una solución negociada y beneficiosa para ambas partes.
A pesar de que los venezolanos no han tenido un control real sobre este territorio desde 1899, sienten el derecho de reclamarlo, incluso los adversarios más radicales del gobierno. Aunque la oposición mayoritaria no promueve ni respalda el referendo, ha expresado su acuerdo con el Ejecutivo en este asunto.
La cúpula de la Fuerza Armada de Venezuela se ha sumado a la campaña a favor del referendo y ha realizado acciones como la construcción de una pista de aterrizaje en una zona cercana al territorio en disputa. Además, la institución se ha declarado en «alerta» ante las «agresiones» internacionales contra Venezuela, en referencia al rechazo de la consulta por parte de organismos como Caricom y la OEA, que respaldan a Guyana.
Mientras tanto, el enfrentamiento verbal entre Caracas y Georgetown continúa, con menciones a «belicismo», «provocaciones», «amenazas militares» y «escalada de violencia». A pesar de la tensión, la discordia se mantiene en el ámbito diplomático, ya que el presidente guyanés, Irfaan Ali, se niega a negociar y está decidido a no ceder ni un centímetro de territorio, lo que lleva a Maduro a acusarlo de ser «guerrerista» y de estar financiado por Exxon Mobile, interesada en explotar los recursos de la zona en disputa.
Si Venezuela invade a Guyana, Inglaterra entrara para defender a Guyana y se repitira lo del Malvinas y Argentina que acabo con los militares dictatadores, y sera el fin de maduro. Asi que, adelante valiente Maduro.
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