La reapertura de la frontera entre Colombia y Venezuela, que comenzó en septiembre de 2022, ha sido evaluada por la Asociación de Aduaneros del Táchira (Asoata) como un proceso lento pero positivo. Nelson Urueña, presidente de Asoata, ha señalado que se ha observado un incremento en las exportaciones e importaciones a lo largo de los meses. Sin embargo, Urueña ha destacado la necesidad de políticas más sólidas y definidas para reducir la incertidumbre que aún persiste en la región. Además, ha resaltado la falta de capacidad de consumo como un factor limitante para los comerciantes e industriales.
Urueña considera que el cierre de la frontera debe ser visto como una lección aprendida para evitar futuras repeticiones, ya que tuvo un impacto complejo de revertir. Ha mencionado que se han recuperado alrededor de mil empleos, con la mitad de ellos relacionados con el transporte de carga pesada. Además, más de 400 vehículos se han reactivado en esta industria y se espera un crecimiento aún mayor en los próximos años.
A pesar de estos avances, Urueña ha expresado su preocupación por la continua migración de jóvenes hacia los Estados Unidos, quienes a menudo realizan la peligrosa ruta del Darién. Ha llamado a ofrecer más oportunidades a estos grupos para frenar esta tendencia. Por último, ha enfatizado la necesidad urgente de establecer la Zona Económica Especial Fronteriza, considerándola como un paso vital para impulsar el desarrollo económico en la región.