José David Chaparro Martínez, el venezolano condecorado por combatir en Ucrania

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El comandante José David Chaparro nació en el estado Táchira, Venezuela, hace 55 años, y en la década de los noventa se asentó en Ucrania. Hoy en día es considerado un héroe nacional en ese país.

Por El Político

A José David Chaparro Martín le llaman “comandante” en la resistencia ucraniana por su aspecto.

Es un hombre fuerte y bien plantado, pelo ligeramente largo, con bigote y barba. Suficiente para que a los militares ucranianos les recuerde “a otros comandantes legendarios de la América Latina”.

En 1990 se fue a Ucrania, república soviética que avisó de su ansia de independencia con la Declaración de Soberanía Estatal de Ucrania, el 16 de julio de 1990.

Independencia que formalizó con la aprobación de su parlamento del Acta de Proclamación de la Independencia de Ucrania, el 24 de agosto de 1991. La URSS empezaba a ser historia y nacía la Federación Rusa.

José David echó raíces en Ucrania. Se casó con una ucraniana, Svetlana, que es artista (pintora) y con quien tiene dos hijos: una filóloga (lingüista) que hoy tiene 31 años y es residente en España y un médico militar y violinista, de 26 años actualmente, asentado en Israel.

El comandante también trabajó en Moscú

El comandante trabajó también en Moscú, como encargado de negocios venezolanos. Admira la cultura rusa. Pero repudia la invasión ordenada por Vladimir Putin contra lo que él considera su “segunda patria”.

“Conocí la democracia en Venezuela, hasta que a finales de los años noventa el populismo de Hugo Chávez se hizo con el poder y acabó con ella. Después vino Nicolás Maduro», recordó.

Y añadió: «Pensé que, ya que no había podido restablecer la democracia y la libertad en Venezuela, tenía la obligación de defenderla en Ucrania, que también siento como mi tierra”.

Panorama general

La vida lo llevó a ser el encargado de negocios venezolano en Moscú y, ahora, es el “comandante” de una pequeña división de voluntarios que reparte ayuda humanitaria a los más afectados por la invasión rusa, reportó Infobae.

Cada mañana se viste con el uniforme militar, su gorra y su rifle. Se reúne con sus compañeros de división, todos ellos ucranianos, y cargan sus coches con decenas de cajas de comida, agua, productos básicos e incluso gasolina para alimentar los generadores de electricidad de los pueblos que quedaron devastados por los bombardeos rusos.

A pesar de que domina perfectamente el ucraniano y el ruso, sus camaradas se dirigen a él como “comandante”, en español, algo que le dibuja una sonrisa en la cara a este venezolano casado con una ucraniana desde hace 30 años que, durante estos tiempos de guerra, está al mando de un pequeño grupo de voluntarios.

Todo empezó al segundo día de la invasión, cuando José se alistó como voluntario en la Defensa Territorial de Ucrania.

Se trata de un organismo de reserva del Ejército compuesto también por civiles que reciben formación militar, con el objetivo de participar en combate o en tareas de ayuda humanitaria.

¿Por qué es importante?

La historia del comandante José David Chaparro Martínez es importante por varias razones:

  1. Representa el valor y el coraje de un individuo. La decisión de Chaparro Martínez de dejar su país y de radicarse en Ucrania muestra su compromiso con la defensa de los valores de libertad y autodeterminación.
  2. Su historia destaca la solidaridad internacional. A través de su participación en el conflicto en Ucrania, Chaparro Martínez demostró que la lucha por la justicia y la libertad no tiene fronteras. Su disposición a arriesgar su vida en un país extranjero para ayudar a proteger a sus habitantes y defender sus derechos es un ejemplo de solidaridad y apoyo mutuo entre naciones.
  3. Su reconocimiento como héroe nacional en Ucrania es un reconocimiento a su trabajo diario en favor de los intereses de su «segunda patria». El hecho de que haya sido honrado por el gobierno ucraniano y considerado un héroe nacional indica que su contribución fue valiosa y apreciada. Esto también puede servir como inspiración para otros individuos que deseen apoyar causas justas en otros países.

Un llamado patriótico

“Cuando esto empezó, yo sentí un llamado patriótico (…) Sentí que esta era mi patria segunda y que tenía que dar todo lo que pudiera por ella”, cuenta José en una entrevista a Efe, mientras se toma un descanso tras repartir ayuda humanitaria en el pequeño pueblo de Rozhivka, a unos 40 kilómetros al noreste de Kiev.

Para él, ese llamado fue “más fuerte” que lo que sintió en Venezuela en 2014, durante las protestas contra el régimen de Nicolás Maduro, en las que participó.

“En Venezuela nosotros no logramos el objetivo de restaurar la democracia y aquí yo no iba a perder esa chance. Aquí ahora estoy dando mi vida otra vez”, asevera el de San Cristóbal, una de las ciudades más duramente reprimidas durante las protestas.

“Yo en Venezuela no portaba arma, ni uniforme, ni estaba disponible para el combate. Ahora sí lo estoy. Porto arma, porto uniforme, estoy bajo una línea civil y militar. Y eso es una diferencia bastante sustantiva”, arguye José.

Para él, la invasión rusa hizo que su vida diera un giro de 180 grados, ya que le dio “un alma diferente”, aprendió sobre el espíritu de colaboración, a “entender el dolor humano” y, sobre todo, a compartir.

Pero la vida de José siempre ha dado muchas vueltas. Se asentó en Kiev a principios de la década de 1990 para estudiar derecho internacional, impulsado por “el deseo de entender el sistema soviético”.

“Es como quien quisiera ir ahora a Corea del Norte a estudiar el sistema económico y político de ellos”, dice entre risas este caribeño con barba y de apariencia amable.

Hombre de paz

José Chaparro Martín es un hombre de paz que se ha metido voluntariamente en la guerra.}

Aclara que no es militar, «sino un civil militarizado». Pero toda la resistencia contra la invasión rusa le llama «Comandante».

Estudió Derecho Internacional y se interesó por el Derecho Civil soviético, que en aquel entonces contemplaba la pena de muerte como medida coercitiva y se abocaba a profundos cambios.

Quiso vivir de primera mano la apertura de la “Perestroika” impulsada por Mijaíl Gorbachov y la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), tras la caída del Muro de Berlín en 1989.

Entre líneas

En Ucrania, José abrió una empresa de servicios jurídicos porque “la propiedad privada no existía” y regresó a Venezuela para trabajar en la Oficina de Planificación Estratégica, donde, entre otras cosas, coordinó la primera visita del presidente venezolano Hugo Chávez a Rusia.

A partir de ahí, fue nombrado encargado de negocios de Venezuela en Moscú, donde ejerció durante “un tiempo considerable”, de 2001 a 2005, para desarrollar los lazos políticos y económicos entre los dos países, relata.

En resumen

A pesar de que Chaparro es un gran conocedor de Rusia, donde logró moverse en las altas esferas de ese país, no entiende la “verdadera razón” de esta invasión que ha provocado la muerte de miles de civiles, algo “bárbaro” e “incalificable”,.

“Si tú me dices que esto pasó hace cien o 150 años (…) era más factible. Pero, ¿ahorita? Ahorita cuando ya estamos llegando a Marte, mandando satélites, mandando gente a otros planetas… ¿nosotros ahorita nos estamos degollando y matando a sangre fría?”, se pregunta.

Y es que después de dar vueltas por toda Ucrania repartiendo todo tipo de ayuda humanitaria, observando la devastación y la desesperación que ha sembrado la guerra, solo tiene clara una cosa: “Ojalá termine ahorita”.

El “comandante” Chaparro no ve impropio que le llamen así, comandante, puesto que “comanda” (dirige) una pequeña división de voluntarios, que reparten ayuda humanitaria a los más afectados por la invasión rusa.

Empuña un arma, sí, porque tiene que defenderse de las emboscadas que les tienden los soldados rusos. Pero no le gusta hablar de ello. Tan sólo dice que la lleva “en defensa propia y de los míos: mi familia, mis vecinos, mis amigos…”

Fuente: El Político