La odisea de los migrantes venezolanos en México: relato desde la Casa de la Caridad Hogar del Migrante

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En el refugio Casa de la Caridad Hogar del Migrante (CCHM) en San Luis Potosí, México, actualmente alojan a 300 migrantes, en su mayoría venezolanos. Aunque el albergue ofrece amplios espacios para descansar y recrearse, los residentes deben cumplir estrictas normas.

Con información de Rosanna BattistelliEl Pitazo

Carlos José Pérez, un migrante de 32 años de Charallave, estado Miranda, es uno de ellos. Después de cruzar durante 12 días la selva del Darién y atravesar cuatro países, Pérez llegó a San Luis Potosí con la esperanza de llegar a Estados Unidos, a más de 1,984 kilómetros de distancia. Anteriormente trabajaba como asistente administrativo en su ciudad natal, pero la quiebra de la empresa donde laboraba lo dejó desempleado.

En la Casa de la Caridad Hogar del Migrante, aproximadamente 300 personas, en su mayoría hombres, coexisten bajo un modelo de resguardo temporal. Aunque no se les exige cumplir con requisitos de ingreso ni se establece un tiempo máximo de estadía, deben respetar las normas del refugio.

Aquellos que no trabajan deben permanecer en el refugio de lunes a sábado, con la única excepción de los domingos después de la misa. La hora de regreso es estrictamente a las 6:00 pm. Las personas que trabajan tienen cierta flexibilidad en sus horarios.

El refugio prohíbe el consumo de alcohol y restringe el uso de teléfonos después de las 6:00 pm. Los teléfonos se entregan a los encargados del refugio y se devuelven al día siguiente. Además, se ofrece un espacio para cortes de cabello y un área de entretenimiento donde los migrantes pueden escuchar música, fumar y socializar.

El pago por el trabajo es insignificante, y Carlos José Pérez experimentó que los migrantes a menudo ganan menos que los trabajadores nativos, lo que lo llevó a renunciar después de una semana. Las mujeres en el refugio también salen a trabajar en negocios locales, enfrentando desafíos similares.

La Casa de la Caridad Hogar del Migrante proporciona alojamiento, comidas y servicios médicos básicos. Los migrantes esperan ansiosamente una cita a través de la aplicación CBP One para presentarse en un Puerto de Ingreso de Estados Unidos, pero la incertidumbre y la espera los desesperan. Algunos consideran peligrosas alternativas, como viajar en «La Bestia», un tren de carga peligroso utilizado por migrantes para cruzar México.

Carlos José Pérez y otros migrantes están decididos a continuar su viaje hacia Estados Unidos, enfrentando riesgos extremos con la esperanza de un futuro mejor