La canciller mexicana, Alicia Bárcena, hizo un llamado a los países del mundo para que revisen y transformen sus modelos políticos y económicos con el objetivo de reducir las desigualdades entre fronteras. Bárcena señaló que esto es fundamental para abordar fenómenos globales como la migración, la violencia, la crisis climática y la pobreza.
En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, la canciller mexicana destacó la importancia de traducir las discusiones internacionales en resultados tangibles. Según Bárcena, es fundamental involucrar a los ciudadanos como actores activos y evitar que el multilateralismo se pierda en la polarización y rivalidad geopolítica.
Bárcena también hizo hincapié en la necesidad de que la acción internacional se traduzca en beneficios concretos para las personas, el planeta y la prosperidad. En este sentido, destacó la relevancia del multilateralismo y sus instituciones, especialmente en un momento en que se cuestiona su importancia debido a las amenazas a la paz y la seguridad internacionales, como los conflictos armados y la proliferación de armas nucleares.
La canciller mexicana también mencionó la gravedad de diversas crisis, desde la humanitaria hasta la climática, así como el incremento de la desigualdad y la pobreza en el mundo. Si bien la pandemia de COVID-19 ha obstaculizado el avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, Bárcena destacó que la trayectoria anterior a la pandemia ya era preocupante.
En cuanto a la migración, la canciller mexicana señaló la importancia de buscar soluciones que limiten la migración por decisión y no por obligación. En este sentido, afirmó que los países que se benefician más del trabajo y las contribuciones tributarias de los migrantes deberían ser los que más apoyen su regulación.
Bárcena hizo un llamado a cambiar el paradigma de desarrollo actual para distribuir el poder y la riqueza y reducir las brechas y asimetrías inaceptables entre los ricos y los pobres, así como entre los países. Asimismo, destacó la necesidad de restaurar el papel de las naciones para crear políticas estructurales transformadoras y reafirmó el compromiso de México con el combate a la crisis climática.
Finalmente, la canciller mexicana enfatizó el rechazo de México al tráfico ilegal de armas y destacó que todos los esfuerzos para reducir la violencia y el consumo de drogas serán limitados si las armas de fuego ingresan de manera ilegal a Latinoamérica y México, cayendo en manos de los grupos que controlan la producción y distribución de sustancias tóxicas.