jueves, junio 19, 2025
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Rosneft cesa operaciones en Venezuela y vende sus activos al Gobierno ruso

La petrolera rusa venderá lo activos y se quedarán con el 9.6% de sus propias acciones. Esta información se conoce después de que en febrero de este año dos filiales de la estatal fueran sancionadas por el gobierno de Estados Unidos

Por El Pitazo

La empresa petrolera rusa Rosneft anunció este sábado, 28 de marzo, que traspasará sus activos en Venezuela al Gobierno de Rusia, aclaró el embajador de Rusia en Venezuela Mélik-Bagdasárov a través de la cuenta en Twitter @EmbSergio.

La agencia Sputnik Mundo reseña en una publicación de este 28 de marzo en su portal web, que Rosneft llegó a un acuerdo con una compañía del Gobierno de Rusia este mismo sábado, para vender sus participaciones y culminar las operaciones y proyectos que tenía en Venezuela.

Mientras que la agencia internacional Reuters informó en la referida red social que todos lo activos y operaciones, incluso, aquellas relaciones que estén conectadas con Venezuela, serán terminadas y liquidadas y agregaron que la petrolera rusa recibirá 9.6% en la liquidación de los activos, esto de sus propias acciones.

Asimismo señalan que la venta de esos activos serán mantenidas por una subsidiaria al 100% de Rosneft y se contabilizarán como acciones propias.

El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos (EE.UU), sancionó el pasado 12 de marzo a la empresa TNK Trading International S.A., una filial de la empresa rusa Rosneft, por los vínculos con el gobierno de Nicolás Maduro, a quien la casa blanca acusa de usurpar funciones y de violar derechos humanos. También había sancionado ya a la filial de la petrolera, Rosneft Tranding S.A.

En ese momento la Cancillería del gobierno ruso aseguró el 18 de febrero, que las sanciones de Estados Unidos no afectarían las relaciones entre ambas naciones y menos con el gobierno de Nicolás Maduro.

Nueva York afronta impacto "catastrófico" por la pandemia

Unas 800.000 personas trabajan en la Gran Manzana en los hoteles, restaurantes y comercios al por menor

Por EFE / El Nacional

Estados Unidos se ha convertido en el mayor foco del mundo en la expansión del covid-19 y Nueva York es su gran epicentro.

Allí no se recuerda una situación tan calamitosa desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, pues expertos prevén un impacto económico «catastrófico» de miles de millones de dólares.

Pese a protagonizar las restricciones más severas en todo Estados Unidos, en donde hay más de 100.000 contagios testados, solo el estado de Nueva York cuenta ya con casi la mitad de ellos (45.000).

En la Gran Manzana, con gran densidad de población, hay más de 25.500 positivos y 366 muertes, una cuarta parte de las del país (1.544).

«El impacto económico va a ser catastrófico. Después del 11-S, partes del bajo Manhattan fueron cerradas durante meses, pero eso fue solo una pequeña porción de la ciudad. El resto de la urbe continuó funcionando, a pesar de que, evidentemente, la gente estaba muy triste por los ataques», cuenta a Efe la economista Nicole Gelinas, del centro Manhattan Institute.

Las autoridades neoyorquinas se han mostrado contundentes con el cierre de todos los negocios y actividades no esenciales.

Eso ha reducido drásticamente la masiva presencia de personas que acostumbran a circular por las calles y transportes de la ciudad y de los suburbios del norte.

Tanto es así que la Autoridad Metropolitana del Transporte está en quiebra y ha pedido ayuda federal de 4.000 millones de dólares.

Nueva York y las consecuencias económicas
El director de los presupuestos estatales de Nueva York, Robert Mujica, ya anunció que la crisis del coronavirus supondrá al gobierno estatal una reducción de sus ingresos fiscales de 15.000 millones de dólares.

Eso afectará el monto total de los presupuestos que antes de la crisis se fijaron en 178.000 millones.

Pero para la economista Nicole Gelinas a eso hay que añadirle otras pérdidas que sufrirá la Gran Manzana, «cuya economía produce en torno a 1,5 billones de dólares en ingresos personales cada año, y si se va a perder en torno a 10% de esa cantidad, esto podría suponer 150.000 millones» de dólares más en pérdidas.

«Unas 800.000 personas trabajan (en Nueva York) en los hoteles, los restaurantes y los comercios al por menor. Por lo que, siendo conservadora, hemos podido haber perdido más de la mitad de esos trabajos, potencialmente se trata de medio millón de trabajos perdidos, lo que significa más del doble de los que se perdieron tras el 11-S», dice Gelinas.

Otra diferencia que Gelinas apunta, entre la actual crisis y la del 11-S, es que entonces «la gente quería salir a comer, a Broadway y a apoyar a la ciudad y un gran número de turistas de todos el país y del mundo entero vino a Nueva York para disfrutar de la ciudad; pero ahora, la gran mayoría de los sectores de la economía están simplemente cerrados».

Nueva York, gastos y deudas
Esas pérdidas se dan en un contexto en el que, según encuestas, en torno a 40% de la población asegura que no puede hacer frente a un gasto extraordinario de 400 dólares sin endeudarse.

«El seguro por desempleo en Nueva York es de 500 dólares a la semana, lo que significa que eso no sustituirá la mayoría de los ingresos de unos 25.000 dólares al año», agrega Gelinas, que considera que el cheque de 1.200 dólares que prometió el Gobierno federal para las personas con ingresos inferiores a 75.000 dólares anuales tampoco será suficiente.

Apunta que si bien grandes compañías como Walmart y Amazon contratan a más gente por el aumento de los pedidos a través de Internet como consecuencia del confinamiento, las pequeñas y medianas empresas de la ciudad son las que más sufrirán la crisis.

«Estas son las que realmente están atascadas luchando. Van a necesitar ayuda con el pago de sus alquileres porque muchas no poseen el lugar donde operan», agrega la analista. Insistió en que estas inyecciones tienen que hacerse o bien a través de condenación de impuestos o mediante «subsidios», porque «no van a ser capaces en ningún momento de devolver préstamos».

Volatilidad en Wall Street
Los mercados no han sido ajenos a la evolución de la pandemia e incluso el parqué de la Bolsa de Nueva York cerró el lunes, permitiendo solo las operaciones electrónicas, que habitualmente ya son mayoritarias.

Pero en esta semana sin brokers, Wall Street acabó anotando ganancias semanales tras las fuertes caídas de la semana anterior.

El Dow Jones sumó casi 13% semanal, el S&P 500 más de 10% y el Nasdaq 9%, pero los tres indicadores siguen en territorio bajista y han perdido más de 20% de su valor desde los últimos récords.

La volatilidad ha caracterizado así a los mercados desde el inicio de la crisis, sobre todo desde que el covid-19 ha convertido a Estados Unidos en epicentro de la pandemia en el mundo.

Los efectos económicos azotan al país, que la semana pasada registró un incremento histórico en las solicitudes de subsidio por desempleo, hasta 3,28 millones, reflejo de los despidos provocados por los cierres de centros comerciales, restaurantes, parques de ocio, teatros y una caída enorme de los viajes, especialmente en avión.

La FED y el mayor plan de estímulo
La Reserva Federal decidió a principios de semana adquirir un monto ilimitado de bonos del Tesoro y títulos respaldados por hipotecas, en una andanada de programas para sustentar los mercados financieros ante la crisis del covid-19.

El presidente Donald Trump dio luz verde el viernes al mayor paquete de estímulo económico de la historia del país, por más de 2 billones de dólares, con el objetivo de contener el impacto económico de la pandemia del coronavirus.

El plan de estímulo, que representa alrededor de 10% del producto interior bruto del país es el triple del puesto en práctica en 2009 tras el estallido de la crisis financiera, que ascendió a 700.000 millones de dólares.

Una partida de 250 millones de dólares
La legislación incluye una partida de cerca de 250 millones de dólares que se reservarán para efectuar pagos directos a individuos y familias de 1.200 dólares para quienes tengan renta de menos de 75.000 dólares al año, más 500 dólares por cada menor de 17 años.

Asimismo, se disponen 350 millones en préstamos para pequeñas empresas y otros 250.000 millones para ampliar los beneficios por seguro de desempleo.

También otorga 150.000 millones de dólares para el apoyo a las autoridades locales y estatales, y otros 130.000 millones para reforzar el sistema sanitario, que en algunos lugares, como el estado de Nueva York, comienza a estar saturado.

¡EMPIEZA EL JUEGO! Libertador y millonario: ¿Vivos o muertos?, por Gustavo Tovar-Arroyo

La esfera mágica de la información
Imagino que debes estar preguntándote si soy un mago o un adivino porque a través de mis escritos anticipo acontecimientos “imprevistos” que insospechadamente ocurren a los pocos días, pero no, no soy ni mago ni adivino, simplemente estoy informado (esa es mi esfera mágica) y tiendo a insinuar traviesamente algunas situaciones para observar las reacciones que suscitarán una vez que ocurran.
La semana pasada lo hice con mi artículo “El fin de Venezuela”, preví que anulando a 50 malandros chavistas 30 millones de venezolanos serían liberados. ¿Ahora entienden?
Inició la cacería.

La más cruel tiranía
No puedo garantizar que la estrategia para derrocar la más cruel tiranía que ha conocido Latinoamérica en su historia será exitosa, lo que sí puedo asegurar es que por primera vez hay una decisión firme por ejecutarla hasta sus últimas consecuencias. Esa decisión ha sido tomada por el gobierno legítimo del presidente Juan Guaidó y sus aliados mundiales, en especial los Estados Unidos, Colombia y Brasil.
Lo apuntamos en su momento, el joven presidente venezolano no salió del país a pedir más sanciones, no, salió a pedir otras cosas más definitivas.
La aceptación mundial es obvia.

El cartel de Maduro
El gobierno de Estados Unidos a través del fiscal general, William Bar, presentó una acusación penal contra Nicolás Maduro por el delito de tráfico de drogas. Junto a Maduro, su cartel de bandidos compuesto por Diosdado Cabello, Maikel Moreno, Tareck El Aissami, Vladimiro Padrino, Hugo Carvajal, entre otros, recibieron la misma acusación y se ofreció una alta recompensa por su captura.
Quince millones de dólares por Maduro y diez millones por Cabello, suman nada más y nada menos que veinticinco –muy atractivos– millones de dólares. ¿Y Tareck? Diez más.
A sacar cuentas.

Libertador y millonario
No sólo es el dinero lo atractivo en cuanto a capturar y entregar a Maduro y a Cabello a la justicia norteamericana, también lo es la idea bastante cierta de alcanzar el reconocimiento mundial, la admiración y agradecimiento del pueblo venezolano, todos los perdones, pero sobre todo la gloria y el enaltecimiento universal.
Quien los capture y entregue, además de manera legal y legítima, habría puesto fin a la más dañina peste de nuestro tiempo y será recordado y admirado por los siglos de los siglos.
Será libertador y millonario.

Juegos del hambre
Tarde o temprano caerán, no hay ninguna duda, ya la decisión está tomada, el chavismo decidió entablar una insensata guerra contra la región y el resultado es que ahora Maduro y su cartel de narcotraficantes son objetivos de guerra: serán capturados vivos o muertos. Son demasiados los chavistas que intentarán sobrevivir en este infernal juego del hambre que comienza. Nadie se sacrificará por los despreciables Maduro o Cabello. Nadie.
Ya son muchos los cazadores de recompensa, muchos, algunos de ellos pidieron que la oferta fuera pública y jurídicamente ejecutable. Bueno, ya lo es.
Ha empezado el juego…, al fin.

Reuters: Hugo Carvajal está en proceso de entregarse a las autoridades de Estados Unidos

El exgeneral venezolano y exjefe de inteligencia de Chávez, Hugo «El Pollo» Carvajal, en paradero desconocido en España desde noviembre de 2019 cuando la Audiencia Nacional aprobó su extradición a Estados Unidos, se entregará a las autoridades estadounidenses, según ha informado Reuters.

Carvajal fue solicitado por el Departamento de Justicia el pasado viernes por pertenecer a una red de narcotráfico, junto a Nicolás Maduro y otros cabecillas del régimen de Venezuela como Diosdado Cabello, Tareck El Aissami y Clíver Alcalá, quien se entregó voluntariamente esta mañana en Baranquilla, Colombia, a las autoridades estadounidenses para someterse a la justicia.

La periodista venezolana, Ibeyise Pacheco, ha informado desde su cuenta de Twitter que «el Pollo» Carvajal ha decidido entregarse a las autoridades de Estados Unidos. «La decisión la está procesando a través del Centro Nacional de Inteligencia» en España y sería efectiva en pocas horas. El Departamento de Justicia ofreció 10 millones de dólares por información de su paradero», dijo.

 

¡PARA BIEN O PARA MAL! El mundo después del coronavirus

Qué y cómo va a cambiar cuando se disipe la pandemia. ¿Continuará la globalización? ¿Será China el nuevo superpoder? ¿Se impondrá la vigilancia “bajo la piel”?

Por Gustavo Sierra / Infobae America

Vivimos en la Era de la Incertidumbre. Acechan cisnes negros que de un instante a otro pueden modificar todo. El coronavirus es uno de ellos, llegó para cambiarnos. Y no solo en la vida cotidiana en la que pasamos de un momento a otro a arresto domiciliario masivo, sino en las costumbres, la organización como sociedad, la economía, la cultura. Todo. No vamos a ser los mismos. El mundo no va a ser el mismo. Lo que nos está sucediendo va a modificar al ser humano y su entorno. Y nadie sabe si será para mejor o para peor.

Esta no es una crisis financiera como la del 2008/09. Acá no se trata de poner dinero en los bancos. Más bien es una guerra. Y como toda guerra, se sabe cómo comienza, pero nunca como termina. Como en cualquier conflicto armado, no es sólo la pérdida de empleo, la inseguridad, el hambre. Es una muy delgada línea entre la vida y la muerte. Y cuando el ser humano se encuentra andando por ese estrecho camino, su visión del mundo, sus principios y su moral pueden cambiar radicalmente. Las prioridades que tenía hasta ese momento, ya no existen. Aparece un mundo amplio y novedoso en el que nos vamos a mover a partir de ese momento. Lo vivido quedará en la memoria, en el inconsciente colectivo. La experiencia se pasará por generaciones. Y el grado de estos cambios dependerán, sobre todo, del tiempo en que se tarde en controlar la pandemia y encontrar una vacuna. Cuanto más tiempo pase, más cambios se van a producir.

La pandemia afectará desde la forma en que trabajamos y ganamos dinero hasta el funcionamiento de industrias y comercios; desde el significado del tiempo libre hasta el tipo de vivienda que vamos a preferir; desde la discusión de un salario universal hasta el tipo de organización gubernamental. Se va a acelerar la revolución científica y tecnológica que estamos atravesando. Habrá que repensar las ideologías y las organizaciones de gobierno. Habrá que determinar si vamos a un tipo de sociedad más participativa o una más autoritaria. Y si este cambio puede hacer frente con éxito a la más grave consecuencia de la globalización: la acumulación extraordinaria de riqueza en unas muy pocas manos.

El historiador Yuval Noah Harari, autor de una serie de best sellers sobre los cambios científicos, cree que las alternativas de salida de la crisis son extremadamente contrapuestas. “O vamos hacia una sociedad de vigilancia totalitaria masiva o de empoderamiento de los ciudadanos; de aislamiento nacionalista o solidaridad global”, dice. Harari cree que vamos hacia mayores pérdidas de las libertades individuales después de las que se impusieron tras los ataques del 11/S en 2001. “Habrá una vigilancia masiva. Se requerirán certificados de salud para poder viajar. Y si hasta ahora teníamos vigilancia `sobre la piel´ cada vez que entramos en un sitio de Internet, hacemos un click o enviamos mensajes; vamos a tener vigilancia `bajo la piel´ midiéndonos la fiebre o la presión hasta nuestros sentimientos. Y pone como ejemplo, los detectores masivos de temperatura que se colocaron en aeropuertos, estaciones de trenes y otros lugares de concurrencia masiva. “Estos medidores tienen varias capacidades. Con un relativamente simple cambio de software podría detectar otros sentimientos más allá de la fiebre o la presión sanguínea. Por ejemplo, alegría o enojo. ¿Se pueden imaginar este instrumento en manos del dictador de Corea del Norte pudiendo detectar quién está feliz y quien puede ser un potencial disidente?”.

En cuanto a las ideas y las transformaciones económicas, el sociólogo William Davies escribió en The Guardian que lo más parecido a esta crisis del coronavirus es lo ocurrido en los años setenta con el aumento de los precios del petróleo y la inflación. Esa crisis ejemplificó la forma en que una ruptura histórica puede colocar a una economía y una sociedad en un nuevo camino. “Este período marcó el colapso del sistema de posguerra de los tipos de cambio fijos, los controles de capital y las políticas salariales, que se manifestaban con una inflación incontrolable”, explica Davies. “También creó las condiciones por las que surgieron líderes como Margaret Thatcher y Ronald Reagan con sus teorías del libre mercado. Trajeron una nueva y amarga medicina de recortes de impuestos, aumentos de tasas de interés y destrucción de las organizaciones de trabajadores. Se impuso un modelo de producción que persiste hasta hoy”.

Davies recuerda que en ese momento hubo un movimiento de capitales que se mantienen casi intactos hasta hoy. “El dinero abandonó sus icónicas fortalezas industriales en el norte de Inglaterra y el medio oeste de los Estados Unidos, y con la ayuda del Estado se dirigió hacia los distritos financieros y de negocios de las elegantes ciudades globales, como Londres y Nueva York”, comenta. Y 40 años después, ese thatcherismo sigue tiñendo la política económica global. La crisis financiera mundial de 2008 no provocó un cambio fundamental en la ortodoxia política. Después del estallido inicial del gasto público que rescató a los bancos, la cosmovisión de libre mercado se hizo aún más dominante en Estados Unidos, Asia y Europa. La crisis que comenzó en diciembre de 2019 en Wuhan parecería tener la fuerza suficiente como para flexibilizar esa ortodoxia económica y llevarnos a otras formas más humanistas o más salvajes del capitalismo.

Esta crisis del coronavirus se siente más cercana a una guerra que a una recesión. Al final, los encargados de formular políticas gubernamentales serán juzgados en términos de cuántos miles de personas mueran. Los asuntos de vida y muerte ocasionan cambios de política más drásticos que los indicadores económicos. “En lugar de ver esto como una crisis del capitalismo, podría entenderse mejor como el tipo de evento mundial que permite nuevos comienzos económicos e intelectuales”, asegura el sociólogo Davies.

Esta pandemia va a acelerar también el enfrentamiento comercial por el liderazgo de la revolución científico-tecnológica entre Estados Unidos y China. Quien salga mejor parado va a ser la potencia dominante en las próximas décadas. Se va a medir si en el combate del virus fue más efectivo el autoritarismo chino o la democracia occidental (no tan clara en esta época de la Administración Trump). El líder chino Xi Jinping ya está aprovechando la “ventaja” que le dio el haber comenzado antes con la pandemia y las muertes para sacarse de encima la “culpabilidad” de la tragedia. Los medios estatales chinos están “limpiando la cara” al hecho (aún no probado científicamente, pero del que hay suficientes evidencias) de que la pandemia se desató después de que alguna persona de la ciudad de Wuhan consumió la carne de un animal salvaje. Y revierten el espejo. Hablan de “la irresponsabilidad e incompetencia” de la elite política de Washington frente a “la firme resolución” para resolver el problema por parte del gobierno chino. Y como una acción más efectiva de propaganda está enviando respiradores y otros equipos, así como médicos que ya adquirieron una gran experiencia en la pandemia, a Irán, Italia y varios países africanos. Paradójicamente, si esta campaña de propaganda es efectiva, China puede salir fortalecida de una crisis iniciada dentro de su territorio y sistema.

En China, también se produce la mayoría de los elementos imprescindibles para combatir la pandemia. Allí están las fábricas de respiradores más grandes del mundo. También se confecciona la mitad de la producción global de máscaras N95 (barbijos) así como buena parte de los trajes protectores para el personal de la salud y seguridad. Y la mayoría de los activos para elaborar los antibióticos con los que se combaten los efectos secundarios del Covid19. También, sus científicos estarían llevando una ventaja en la creación de una vacuna (si esto no es otro relato de propaganda del Partido Comunista Chino). Si Beijing logra desarrollar un método para quitar el poder letal al coronavirus, ocupará el vacío que deja en ese terreno Estados Unidos. Si las dos potencias trabajan en paralelo y obtienen el éxito al mismo tiempo, la guerra entre ellas será sin cuartel.

De todos modos, la globalización ya recibió un duro golpe por otros costados. Con el cierre de las fronteras, las restricciones del tránsito de personas y la cancelación de los vuelos, se retorna naturalmente a la autosuficiencia económica. Si la crisis continúa, como se prevé, durante buena parte de este 2020, muchos países tendrán que comenzar a fabricar productos esenciales para su funcionamiento que hasta ahora importaban de los mercados asiáticos. También habrá desabastecimiento de materias primas imprescindibles para el funcionamiento de muchas industrias. La post-globalización que ya se venía insinuando, ahora va a tomar forma.

La otra obviedad, que nadie se atreve a mencionar en este momento de tanta angustia, es la ruptura de la cohesión social. Si no se atienden las necesidades de los desplazados, refugiados y hambrientos de todo el mundo, se pueden producir levantamientos de consecuencias imprevisibles. El miedo lleva a la desesperación y ésta a la violencia. Sólo hay que recordar los saqueos del 2001 en Argentina o los que se produjeron en New Orleans tras la devastación del huracán Katrina en 2005. De todos modos, este escenario aparece todavía lejano. Las crisis humanitarias también generan actitudes solidarias en los pueblos que no se ven en otros momentos. Esto se extiende también entre países. Los mejor posicionados envían ayuda a los más necesitados.

Por debajo, habrá cambios fundamentales en las formas de organización laboral. Todos los que se acostumbren a trabajar en forma remota y su labor siga siendo una solución eficiente para las empresas y organizaciones, no querrán hacer largos viajes cada mañana y cada noche para cumplir con un trabajo que pueden hacer en sus casas. Y ningún empresario que descubra que de esa manera se puede ahorrar mucho dinero –alquiler de oficinas, licencias, gastos de electricidad, etc.- va a estar dispuesto a gastarlo. El teletrabajo se impondrá en casi todas las industrias y servicios. Y con esto habrá una evolución tecnológica más rápida. El sistema G5 de transmisión de datos se impondrá en mucho menos tiempo de lo que se esperaba.

También se consolidarán ciertas industrias y desaparecerán otras. Es probable que estemos más cerca de la extinción definitiva de los medios de comunicación impresos y toda su cadena de distribución. Los cines, también pueden perder adeptos. El transporte público deberá adaptarse. Después de meses de viajar más holgados, ¿quien va a querer regresar al tratamiento de ganado? Todo lo digital se va a consolidar. De lo analógico no va a quedar rastro. Es probable que regresemos a reparar más cosas y consumir menos productos superfluos. En estos días es mejor poner manos a la obra que dejar entrar un plomero o un gasista que puede traer el virus en su caja de herramientas. Se va a revalorizar la vida al aire libre y evitar cualquier gran aglomeración. Es probable que dejen de ser tan populares las concentraciones masivas.

La palabra “pandemia” significa “todo el pueblo”. El virus no entiende de fronteras físicas ni sociales ni generacionales. Y, en este caso, “el pueblo” es la humanidad. El nacionalismo aquí no cuenta. Se trata de un virus que desató una crisis global y que, por lo tanto, requiere de una solución global. “Ante el virus todos somos, efectivamente, iguales; ante el virus los seres humanos no somos más que eso, seres humanos, es decir, animales de una determinada especie que ofrece un huésped a una reproducción mortal para muchos”, escribió el filósofo alemán Markus Gabriel. Y para reparar esta situación y salir fortalecidos, Markus Gabriel dice que “cuando pase la pandemia viral necesitaremos una pandemia metafísica, una unión de todos los pueblos bajo el techo común del cielo del que nunca podremos evadirnos. Vivimos y seguiremos viviendo en la tierra; somos y seguiremos siento mortales y frágiles. Convirtámonos, por tanto, en ciudadanos del mundo, en cosmopolitas de una pandemia metafísica. Cualquier otra actitud nos exterminará y ningún virólogo nos podrá salvar”.

Es posible que salgamos de esta situación fortalecidos y mejores. Tal vez, más conscientes de que tenemos que encontrar también “una vacuna” contra el calentamiento global, la concentración de la riqueza, el hambre y analfabetismo digital. Una vacuna para la incertidumbre.

10 claves para mantener la salud mental en cuarentena

«La salud mental es importante. Es necesario mantener hábitos saludables y cuidar de nuestra mente», indicó Zena Sleiman, psicólogo clínico y profesora de la Universidad Católica Andrés Bello

Por El Nacional

«La salud mental es importante. Sabemos que debemos mantener la higiene física y el distanciamiento social para evitar el contagio y propagación del covid-19, pero también es necesario mantener hábitos saludables y cuidar de nuestra mente», indicó Zena Sleiman, psicólogo clínico y profesora de la Universidad Católica Andrés Bello.

Señaló que el estrés que se pueda sentir, aumenta el cortisol y por lo tanto afecta el sistema inmunológico: «Así que regular nuestras emociones es parte de mantenernos sanos y fuertes».

Sleiman da 10 recomendaciones para sobrellevar con éxito la cuarentena y proteger la salud mental.

1. Comprende que es una situación temporal
Aunque no sabemos cuando termine, es momento de vivir un día a la vez. Reconoce qué situaciones están dentro de tu control y trabaja con ellas hoy.

2. Reconoce tus emociones
Es normal sentir tristeza, ansiedad, incertidumbre, rabia, confusión. Toma tiempo para escucharlas, darles espacio y meditar.

3. Crea una rutina
Mantén tus hábitos en un horario estable de trabajo, alimentación y sueño. ¡Incluye recreación y descanso! Es importante tener momentos para ver series, leer o no hacer nada.

4. Organiza tu espacio
Aprovecha de hacer de tu casa un lugar en el que disfrutes estar. Recuerda que el orden físico produce orden mental.

5. Mantén el contacto
Usa la tecnología para acercarte a quienes quieres y tienes lejos.

6. Dosifica la información
Revisa y difunde solo fuentes oficiales, no te dejes llevar por rumores o cadenas de WhatsApp. No es necesario leer noticias todo el día.

7. Haz ejercicio
Mantente activo, muévete y libera endorfinas. Te ayudará a mantener la rutina y a descansar mejor.

8. Mantén la productividad
Es el momento del Home Office o de aprovechar el tiempo para pensar en nuevas formas de explotar tu trabajo, profesión o emprendimiento.

9. Desarrolla la creatividad
Cocina, dibuja, haz manualidades, escribe, aprende un idioma. Descubre nuevas habilidades, haz actividades que te hagan sentir feliz y productivo.

10. Busca apoyo
Habla con las personas que tienes alrededor sobre cómo te sientes, intercambia formas de afrontamiento. Si la situación te sobrepasa, no dudes en buscar apoyo profesional.

«Reconoce además los aspectos positivos de la crisis», detalló.

«En una vida en que nos quejamos de no tener tiempo, el mundo nos obliga a detenernos y a autoconocernos», manifestó.

«Que esta sea una oportunidad para aprender a vivir con nosotros mismos y a relacionarnos con los demás de una forma más amable y humana», concluyó.

Dip. Maroun, a Maduro: ¿Cómo hace un venezolano para ir a un hospital si no hay gasolina?

El diputado Piero Maroun aseguró este viernes que la falta de gasolina no se debe a la cuarentena por coronavirus sino porque las refinerías no están produciendo nada con respecto a otros años.

Jhoan Meléndez./ ND

“Le quieren hacer creer a la gente que no hay gasolina porque tienen que quedarse en su casa en cuarentena. No, no hay gasolina porque nuestras refinerías no están produciendo nada. En años anteriores, nuestras refinerías producían para nuestro consumo interno y vendíamos lo que sobraba a otros países”, denunció el parlamentario.

Dijo que a los ciudadanos se les dificulta aún más hacerle frente a la pandemia si no cuentan con combustible sus vehículos. “Maduro, ¿cómo van a hacer los venezolanos que se les presente una emergencia y tengan que salir a un dispensario de salud. La mujer embarazada que de noche tenga que ir a dar a luz?”, apuntó.

“¿Cómo va a hacer el que le de un infarto, un ACV o el niño que se cae y necesita un traumatólogo. Cómo va a hacer el transportista para movilizar los alimentos a los mercados o el productor agropecuario para sacar lo que se produzca en las fincas. Cómo va a hacer el enfermero, médico, el que trabaja en un abasto o farmacia si no hay gasolina?”, se preguntó el diputado.

Maroun recordó que Pdvsa producía al menos tres millones de barriles de petróleo diarios y que ahora solo produce 700.000, razón por la que la gasolina “actualmente debe ser importada”. En ese sentido, enfatizó que el coranavirus “no representa la única emergencia del venezolano”.

El legislador aclaró que en los países donde también están en cuarentena por el Covid-19, “hay gasolina en las estaciones de servicio. Los usurpadores quieren utilizar el coronavirus para tapar la escasez de combustible”.

“No hay gasolina porque ustedes (el régimen) acabaron con el país. La solución de esto es que los diputados sigamos denunciando ante el mundo lo que sucede para que pronto los usurpadores puedan salir de los cargos en los que están”, expresó Maroun, según reseñó el Centro de Comunicación Nacional.

Por último afirmó a los venezolanos que “estamos en pie firme de lucha, las soluciones están a través del Plan País. Los que llevaron a Venezuela a la ruina deben salir del poder”.

EE UU supera los 100.000 casos oficialmente declarados de coronavirus

El mayor foco está, por lejos, en Nueva York. En esta ciudad se registran casi la mitad de los casos, lo que provocó el desborde del sistema hospitalario

Por AFP

Estados Unidos tiene ya más de 100.000 casos confirmados del nuevo coronavirus, según mostró el conteo de referencia de la Universidad Johns Hopkins a las 21H45 GMT del viernes.

El mayor foco está, por lejos, en Nueva York. En esta ciudad se registran casi la mitad de los casos, lo que provocó el desborde del sistema hospitalario.

Estados Unidos tiene unos 15.000 casos confirmados más que el segundo país de la lista, Italia, y 20.000 más que China, donde el letal virus se identificó originalmente pero los contagios están ahora en declive.

En total, hasta las 06H00 PM hora del este (22H00 GMT) sumaban 100.717 casos, incluyendo 1.544 muertes

La tasa de mortalidad en Estados Unidos basada en casos confirmados es de alrededor del 1,5%, en comparación con alrededor del 10,5% en Italia.

«Todavía estamos viendo un número creciente de casos. Un número creciente de hospitalizaciones. Un número creciente de ingresos en unidades de cuidados intensivos, un número creciente de pacientes con respiradores mecánicos», dijo Thomas Tsai, profesor de política de salud en Harvard.

«Y desafortunadamente, la tasa de mortalidad probablemente seguirá ese patrón. Es solo que los números van a estar atrasados días o semanas».

El regimen confirman segunda muerte por coronavirus en el país

Se trata de una mujer de 78 años de edad que tenía enfermedades subyacentes e ingresó con un cuadro respiratorio grave a una clínica hace aproximadamente cuatro días

Por El Nacional

Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación del régimen, confirmó la segunda muerte por coronavirus en el país.

Se trata de una mujer de 78 años de edad que tenía enfermedades subyacentes e ingresó con un cuadro respiratorio grave a una clínica hace aproximadamente cuatro días.

El oficialista dijo que en el centro privado la ingresaron a cuidados intensivos y la trataron, hasta que murió, por infección respiratoria.

La señora padecía diabetes tipo 2 descompensada, hipertensión y cardiopatía isquiémica. «Ingresó en muy malas condiciones. Lamentablemente, falleció», comentó.

Rodríguez señaló que a la paciente se le practicó biopsia pulmonar luego de morir, y se determinó que efectivamente tenía coronavirus.

El ministro de Comunicación del régimen reveló que el esposo de la fallecida también contrajo el virus.

El hombre, de que no se informó la edad, fue diagnosticado este viernes junto con otras cinco personas en todo el país.

En total, son 113 los contagios por covid-19 los que reportó el régimen hasta ahora.

“URBI ET ORBI”: El papa bendice al mundo desde una Plaza vacía

El papa Francisco impartió hoy una histórica bendición «Urbi et Orbi» -a la ciudad y al mundo- en soledad, desde una plaza de San Pedro del Vaticano totalmente vacía como consecuencia de la emergencia del coronavirus, que ha causado en Italia más de 9.000 fallecidos.

ND

En una plaza desierta, envuelta en silencio y mojada por la lluvia incesante, Jorge Bergoglio regaló a los fieles católicos del mundo una ceremonia inédita, una homilía y una bendición posterior que los creyentes católicos tuvieron que seguir a través de los medios de comunicación.

La Santa Sede ha ordenado el cierre hasta el 3 de abril de la plaza y la basílica de San Pedro, como medida de precaución ante la propagación de esta pandemia, que ha dejado ya al menos cinco casos positivos en el interior del Vaticano.

La bendición «Urbi et Orbi» se imparte habitualmente en tres ocasiones: cuando el papa es elegido sucesor de Pedro, el 25 de diciembre por Navidad y en Pascua.

Pero también se ofrece en ocasiones muy puntuales, como en 1942, cuando Pío XII lo hizo con motivo de su Jubileo episcopal y del XXV aniversario de las apariciones de Fátima.

El papa Francisco ha querido tener ahora un gesto extraordinario, cuando el mundo sufre la expansión de este virus que se ha cobrado ya la vida de más de 25.000 personas a nivel global.

«Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas. Nos encontramos asustados y perdidos», ha dicho el papa al comenzar su homilía.

La de este viernes ha sido una cita de oración universal, que propuso el propio Jorge Bergoglio el pasado domingo tras el rezo del Ángelus y que ha tenido otra característica particular: todos los católicos han tenido la oportunidad de obtener la indulgencia plenaria, tal y como estableció recientemente Francisco en el decreto de la Penitenciaría Apostólica.

En este documento, el papa otorga indulgencias a todos los enfermos con coronavirus, a sus familiares, a quienes les cuidan y a todo el que reza «para pedir el cese de esta pandemia, el alivio de los que sufren y la salvación eterna de los fallecidos».

La ceremonia sin precedentes en el Vaticano comenzó a las 18.00 hora local (17.00 GMT), cuando el papa se dirigió en silencio desde las escaleras de la plaza vaticana hacia el sagrario donde ofreció una homilía.

Después, se acercó despacio hacia la puerta central de la basílica del Vaticano para rezar ante la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, que habitualmente se guarda en la Basílica de Santa María la Mayor,

como y también el Cristo crucificado de la Iglesia de San Marcello, al que el pontífice rezó el pasado 16 de marzo dejando una fotografía memorable, un paseo por una Roma vacía, con sus gentes confinadas en sus casas.

Este Cristo fue llevado en procesión en 1522 por Roma para pedir el fin de la peste que asolaba la ciudad y desde entonces ha sido llevado en procesión a San Pedro cada año sagrado, alrededor de cada 50 años.

En la homilía que ofreció momentos antes en la plaza, Francisco dedicó unas palabras a los «médicos, enfermeros, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas» y a todos aquellos «que comprendieron que nadie se salva solo».

De ellos dijo que son ejemplo de valentía y generosidad porque «ante el miedo, han reaccionado dando la propia vida».

Son «personas comunes -corrientemente olvidadas- que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show, pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia», expuso.

También tuvo un recuerdo especial para los «padres, madres, abuelos y abuelas, docentes» que enseñan a los niños, «con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración».

E invitó a toda la humanidad a reflexionar en medio de esta crisis sobre la importancia de la fraternidad y de la solidaridad, frente al individualismo y el egoísmo.

Opinó que las personas han avanzado durante años sintiéndose «fuertes y capaces de todo, codiciosos de ganancias», dormidas «ante guerras e injusticias», sin escuchar a los pobres y los enfermos, y pensando en que estaban «siempre sanos en un mundo enfermo».

El pasado 25 de marzo, todos los fieles del mundo fueron convocados por el papa a rezar juntos un «Padre Nuestro». EFE