viernes, junio 20, 2025
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“UNA TORMENTA PERFECTA”: Pandemia, desplome del precio del petróleo y falta la gasolina en Venezuela

Nicolás Maduro se aferró firmemente al púlpito de madera detrás del cual hablaba a Venezuela el pasado 12 de marzo. A sus espaldas, cuatro oficiales militares y el resto de su gabinete le acompañaban en su alocución sobre la gravedad y los efectos que el nuevo coronavirus ha impuesto.

La Patilla

“El coronavirus ha golpeado letalmente la economía del mundo”, dijo ante las cámaras, con rictus serio. Precisó el desplome de los precios petroleros, las bolsas y los mercados internacionales.

“No estoy exagerando. Golpea durísimamente los ingresos. Compatriotas, (son) anuncios catastróficos en el campo de la economía”, insistió, tras detallar la caída abrupta del valor del barril de crudo ese día, de hasta 24 dólares menos que la jornada anterior.

Dos semanas después de aquella advertencia, la economía de Venezuela se resiente a niveles penosos, sin perspectivas de soluciones inmediatas, destacan expertos consultados por la Voz de América.

La inflación en Venezuela avanza sin frenos. El tipo de cambio fluctúa, inestable. La escasez de combustible en el mercado interno es crítica. La cuarentena absoluta declarada el 17 de marzo estancó la ya abatida producción privada y, de colofón, no hay fuente de recursos alternos.

Los analistas opinan que Maduro afronta “la tormenta perfecta” de su economía, golpeada como estaba ya previo al embate del COVID-19. Hasta la fecha, el gobierno ha reportado 107 casos positivos y un paciente fallecido hasta la fecha.

“En Venezuela, estamos en una tormenta perfecta”, ilustra Carlos Peña, economista y profesor universitario, quien califica de “terribles” los niveles de producción petrolera en el país.

Petróleos de Venezuela y sus socios produjeron 760.000 barriles en febrero, según fuentes secundarias de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP. Venezuela producía 3.200.000 barriles al día en 1999, cuando el entonces teniente coronel Hugo Chávez llegó a la presidencia.

El precio del crudo Brent se vendía a 27,95 dólares el barril en el cierre de mercado de esta semana. Hace un mes, la unidad costaba 52,81 dólares. En enero, la cesta se tranzó en 65,09 dólares.

Al menos el 90 por ciento de las divisas que ingresan al Estado venezolano provienen de la actividad petrolera. Maduro enfrenta hoy dos tragedias, según Peña: precios bajos, producción alicaída.

“Incluso si aumentan los precios del petróleo, Maduro tampoco va a tener la cantidad de dólares necesaria para manejar una economía como la venezolana y su nivel de gasto público”, indica Peña.

El gobierno en disputa de Venezuela no tiene dinero para cubrir gastos, observa el economista. Tampoco ve viable el cobro de impuestos en actividades conexas o no a la industria petrolera, pues, acota, “no hay renta”.

“El virus nos está haciendo pedazos. No hay una fuente constante de ingresos para Venezuela. Este virus ha puesto más a la vista las deficiencias del Estado en cuanto a cubrir una emergencia”, señala.

Las reservas internacionales de Venezuela son de 6.930 millones de dólares, de acuerdo con el Banco Central. Es su nivel más bajo en 50 años.

Peña ejemplifica la crisis económica del madurismo con alusiones a las recomendaciones sanitarias de la Organización Mundial de la Salud para prevenir contagios del COVID-19.

“Estamos como cuando te quedas en tu casa, te mandan a lavar las manos, pero no tenemos agua”, dice. En este caso, no hay fuerza petrolera que ayude a reflotar la economía venezolana, expone.

“La hora más baja”

José Miguel Uzcátegui Lima, economista de la Universidad Central de Venezuela y analista financiero, explica a la VOA que el gobierno en disputa tiene dos problemas: uno estructural, con una industria petrolera colapsada; y otro coyuntural, que es la presión a la baja de los precios por el COVID-19.

“Cada día somos menos un país petrolero, tenemos petróleo, pero no producimos ni importamos y ahora afectados por precios a la baja. El virus reduce la capacidad de recuperación”, advierte.

Uzcátegui Lima nota que Venezuela tiene el agravante de la escasez de gasolina. La mayoría de las estaciones de servicio del país están cerradas y, donde hay combustible, las autoridades locales lo racionan exclusivamente para vehículos del Estado o de sectores de alimentación y salud.

Subraya que, sin gasolina, no existe transporte público que movilice a los trabajadores a los puestos de trabajo indispensable ni a la mercancía, como alimentos, entre estados de Venezuela.

“Los stocks (niveles de almacenamiento) están disminuyendo”, indica.

El bajísimo ingreso de divisas empeora el default de Venezuela, que acumula desde 2017 al menos 20.000 millones de dólares en compromisos internacionales incumplidos, estima Uzcátegui Lima.

Ello, sostiene, agrava la reputación al momento de pedir préstamos a organismos multilaterales.

Maduro, a su entender, tiene una capacidad nula de anunciar un paquete de estímulo financiero al país, como lo han hecho Estados Unidos y naciones de Europa.

“No tiene capacidad de respuesta, porque depende de una reacción de la economía privada, que tampoco está en capacidad de resolver”, lamenta.

Esta, dice, es “la hora más baja” de la economía en la era madurista.

Considera que urge un acuerdo político que zanje la crisis de gobernabilidad y de disposición de recursos para afrontar los efectos del COVID-19.

Recuerda la anécdota de sus tiempos de ministro consejero de Venezuela en Ginebra, en los años 70, cuando los delegados africanos le compartían un popular refrán de sus países: “cuando la choza arde, apagamos el fuego antes de cambiar ventanas y techos”.

“Aquí hay que apagar el fuego. La solución tiene que ser política, con coherencia, con gente seria y de prestigio. La realidad nos obliga a sentarnos”, recomienda Uzcátegui Lima.

Urge un acuerdo

Hermes Pérez, economista y profesor de la Universidad Metropolitana, considera que la crisis del COVID-19 sorprende a Venezuela en “el peor momento de su historia contemporánea”.

Pérez, exdirector de la Mesa de Cambio del Banco Central, destaca que el último informe de Petróleos de Venezuela, en 2016, reflejó 4.000 millones de dólares en pérdidas en su actividad.

El desempeño de la industria petrolera venezolana, dice, no ha hecho sino empeorar.

Con cifras oficiales a mano, recuerda que la actividad del sector privado venezolano se contrajo 72 por ciento entre 2013 y 2019. Venezuela, a su entender, sufre los tres principales problemas económicos: contracción, hiperinflación y desempleo.

Le preocupa, más que la salud financiera de Maduro, la de 89 por ciento de la población venezolana que no tiene suficientes ingresos para garantizar sus necesidades básicas, según la última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, un sondeo socioeconómico anual de tres universidades privadas.

Prevé que una de las principales opciones que tomará el gobierno en disputa de Venezuela en su apremio económico será producir “oro no monetario” desde el Banco Central de Venezuela.

“Esa es una fuente de ingreso. Lo otro que veremos será la intensificación de la emisión de dinero inorgánico de parte del BCV, pero eso repercutirá en el aumento de los precios”, pronostica.

Pérez resalta la “vulnerabilidad enorme” de las economías globales durante y tras la pandemia.

Coincide con Uzcátegui Lima en urgir una salida política a la crisis de Venezuela. La posibilidad de que madurismo y oposición se sienten a trazar un plan de acuerdos luce remota.

Apenas ayer, el oficialismo acusó a Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, de intentar un golpe de Estado, mientras el líder opositor aplaudió los cargos en Estados Unidos por narcotráfico, corrupción y apoyo al terrorismo en contra de Maduro y 14 de sus más cercanos colaboradores.

“Estamos en el peor de los puntos económicos y tenemos una situación política donde no se vislumbran acuerdos para afrontar esto como país”, concluye.

“CONTRA SU VOLUNTAD, SIN ATENCIÓN, SIN INSUMOS, NI ALIMENTOS”: Denuncian “aislamiento forzoso” de 90 personas en la Villa Bolivariana Barquisimeto

Ciudadanos aislados señalaron estar cansados y no querer pasar 15 días o más ahí, además exigieron la realización de los exámenes pertinentes de covid-19 para «por fin» poder tener su libertad, escribió Provea en Twitter

TalCual

El Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos, denunció este jueves el aislamiento forzoso unas 90 personas aproximadamente, en una zona residencial o centro de cuarentena en la ciudad de Barquisimeto, estado Lara.

De acuerdo con la Organización No Gubernamental (ONG), dicha personas fueron aisladas contra su voluntad por funcionarios de la Guardia Nacional (GN) tras regresar de Cúcuta desde el pasado 25 de marzo.

La organización indicó que los ciudadanos confinados en condiciones inadecuadas en el centro de cuarentena de Villa Bolivariana, tienen cerca de dos días sin alimentos algunos, durmiendo en el piso y sin productos de higiene personal. “No permiten comida de familiares”, escribió Provea en su cuenta Twitter.

Ciudadanos aislados señalaron estar cansados y no querer pasar 15 días o más ahí, además exigieron la realización de los exámenes pertinentes de covid-19 para «por fin» poder tener su libertad.

Las personas denuncian violencia, aseguran que fueron amenazados por funcionarios con aprehensión “de sus esposas” si no seguían órdenes “se quedan o se quedan”. Las personas afirman que al menos dos niños también estarían confinados en estos espacios.

Según Provea, funcionarios de seguridad del régimen, afirman que deben permanecer ahí «hasta pasar proceso de cuarentena».

“Hasta los momentos no les han hecho exámenes, sólo diagnósticos generales de temperatura y revisión de garganta en San Antonio del Táchira, y la segunda en Zárare”, indicaron personas confinadas.

En este sentido, Provea manifestó que dicho caso es una violación flagrante de los derechos humanos de estas personas, quienes deben mantenerse en un lugar “contra su voluntad, sin atención, sin insumos o equipos, ni personal profesional, ni tampoco condiciones de protección aconsejados por la OMS”.

La ONG señaló que estas medidas podrían ser contraproducentes y propiciar contaminación de Covid-19 por las pésimas condiciones sanitarias, “sin cumplimiento de protocolos de salud”.

“El Estado de Alarma no debe atentar contra las vidas humanas bajo la premisa de protección sobre presuntos casos”, expresó la organización, por lo que instaron a las autoridades venezolanas a responder por las vidas y condiciones de todas estas personas.

 

¡ATENCIÓN! Cliver Alcalá se entregó a la DEA y es deportado a EE. UU.

El militar venezolano fue trasladado a Bogotá, y a esta hora se encuentra en el hangar de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, DEA, listo a abordar un vuelo con destino a Norteamérica

Por El Nacional

Fuentes confirmaron a EL TIEMPO que hacia el mediodía de este viernes, el general en retiro venezolano, Clíver Alcalá, se presentó ante agentes de la Dirección Nacional de Inteligencia, DNI, para que mediaran en su entrega voluntaria a la justicia de Estados Unidos.

Alcalá fue trasladado a Bogotá, y a esta hora se encuentra en el hangar de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, DEA, listo a abordar un vuelo con destino a Norteamérica.

Clíver Aleala, general retirado, colaboró con Hugo Chávez durante el intento de golpe de estado liderado por éste en febrero de 1992. Enemigo de Nicolás Maduro. Se encontraba en el exilio. Vivía en Barranquilla y se dice que planeaba un golpe de estado al régimen de Maduro con las armas que se encontraron en la vía Santa Marta – Barranquilla.

"PÓNGANME EL PETRÓLEO A CERO”, DECÍA CHÁVEZ: Petróleo baja hasta los 15,93 $

El petróleo venezolano promedió esta semana 15,93 dólares por barril lastrado por la fuerte caída de la demanda derivada de las restricciones a los desplazamientos, que ordenaron hace días los Gobiernos del mundo para hacer frente a la pandemia del COVID-19. ND

El ministerio de Petróleo de Venezuela informó este viernes que su crudo cerró el período comprendido entre el 23 y el 27 de marzo en 112,80 yuanes por barril, o 15,93 dólares.

Después de las sanciones financieras que Estados Unidos impuso en 2017 contra varios funcionarios del Gobierno de Nicolás Maduro, Venezuela dejó de usar el dólar como divisa de referencia y comenzó a ofrecer el precio de su petróleo en la moneda de China, uno de sus mayores aliados políticos y comerciales.

La tasa de cambio usada esta semana por el Ministerio de Petróleo venezolano fue de 7,08 yuanes por dólar.

Precios de1999

Este precio de venta es similar a la que registró el país suramericano en 1999, cuando promedió los 17 dólares en medio de un mercado que, entonces, enfrentaba la sobre oferta.

El analista petrolero Rafael Quiroz dijo a Efe que el costo promedio de producción de la cesta venezolana supera los 18 dólares por barril.

En el caso de los crudos extrapesados venezolanos de la Faja Petrolífera del Orinoco, el mayor reservorio mundial de petróleo, los costos de producción se elevan, en algunos casos, hasta los 34 dólares.

«En conclusión: Venezuela está produciendo a pérdida», añadió el analista.

Quiroz también dijo que la guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudí, que siguen sin acercar posturas, lastra aún más los precios del crudo y «no le hace ningún favor» al mercado mundial y a los productores.

Caída del bombeo

Según un informe de la OPEP divulgado en febrero, Venezuela bombeó en enero un promedio de 733.000 barriles diarios (bd) de crudo, apenas 1.000 barriles más que los que extrajo en diciembre de 2019.

La grave recesión económica, la crisis política en el país y las sanciones de Estados Unidos sobre su industria petrolera han llevado a la producción de crudo venezolano a su nivel más bajo en las tres últimas décadas, con la excepción del desplome en 2002 y 2003, cuando una huelga en la estatal Pdvsa hundió las extracciones por debajo de los 100.000 bd.

El mes pasado, el presidente Nicolás Maduro declaró en emergencia a la industria petrolera, por lo que conformó una comisión presidencial que está dirigida por el vicepresidente Tareck el Aissami y que tiene poderes incontestables para reorganizar y cambiar a la estatal Pdvsa. EFE

¡OSCURO PANORAMA! FMI: Estamos en una recesión igual o peor que en 2009

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, aseguró este viernes que «ya está claro» que la economía mundial ha entrado «en recesión, igual o peor que la de 2009», debido a la pandemia del coronavirus.

«Ya está claro que estamos en una recesión igual o peor que la de 2009», afirmó Georgieva en una rueda de prensa virtual desde la sede de la institución financiera internacional en Washington, al evaluar el impacto económico de la expansión global del coronavirus.

La directora del Fondo advirtió, especialmente, del impacto que sufrirán las economías emergentes y para las que cifró sus necesidades de financiación en cerca de 2,5 billones de dólares.

«La pandemia ha llevado a la economía mundial a un declive económico que exigirá enorme financiación para las naciones en desarrollo», sostuvo.

En este sentido, informó que más de 80 países han solicitado ya asistencia financiera a la institución.

Sobre la respuesta dada por los Gobiernos, Georgieva valoró positivamente el paquete de estimulo fiscal que se prevé sea aprobado este viernes en el Congreso de EE.UU. por un total estimado de 2 billones de dólares, ya que consideró que «está muy bien diseñado».

El paquete, el mayor de la historia de EE..UU., incluye asistencia a empresas, transferencias directas de efectivos a los ciudadanos, ampliación de la cobertura por desempleo, garantías de préstamos para pequeños negocios, aplazamiento de los pagos de impuestos y refuerzo del sistema sanitario.

Georgieva indicó que el Fondo ofrecerá datos específicos sobre las proyecciones económicas globales, en su influyente «Informe de Perspectivas Económicas Mundiales», durante la asamblea del organismo de mediados abril, que en esta ocasión se celebrará de modo virtual.

El coronavirus ha infectado hasta el momento a más de medio millón de personas en todo el mundo y ha causado más de 25.000 muertes, según los últimos recuentos independientes de la Universidad Johns Hopkins.

Los países y territorios afectados son 196, lo que significa que el COVID-19 ha llegado a casi a todos los rincones del mundo.

Por número de casos, los países más afectados hasta ahora son Estados Unidos, China e Italia. EFE

¡DESEOS NO PREÑAN! Saab solicitará extradición de Cliver Alcalá al gobierno de Colombia

El fiscal general afirmó que el militar es un criminal confeso y que pretendía llenar de sangre al país mediante actos terroristas

Por El Nacional –

El fiscal general del régimen de Nicolás Maduro, Tarek William Saab, anunció este viernes que solicitará al gobierno de Colombia la extradición de Cliver Alcalá Cordones y de otros implicados en una presunta conspiración.

En una rueda de prensa desde la sede del Ministerio Público, el fiscal afirmó que son criminales confesos que pretendían realizar actos terroristas y llenar de sangre al país.

«Mientras todos estamos esforzándonos por evitar exponernos y exponer a nuestros seres queridos, un grupo de criminales está complotando para generar violencia y muerte en nuestro territorio», dijo.

Saab reiteró que abrió una investigación penal contra el presidente encargado, Alcalá Cordones y otras personas involucradas con ese presunto golpe de Estado.

«El jueves se solicitaron órdenes de aprehensión en contra de Cliver Alcalá y Antonio Sequea, las cuales resultaron acordadas por el tribunal por traición a la patria, tráfico ilícito de armas de guerra, terrorismo, intento de magnicidio y asociación, precisó.

La confesión
Este jueves, el mayor general retirado del Ejército Alcalá Cordones aseguró que es el autor de orquestar un golpe de Estado contra Maduro. La confesión la hizo luego de que el gobierno de Donald Trump presentara cargos contra él y el régimen venezolano.

Añadió que habría contado con el apoyo del presidente interino de la República, Juan Guaidó, el estratega político Juan José Rendón y asesores norteamericanos, con quienes conformaría un ejército contra Maduro.

«En un pacto firmado por el señor Guaidó, J. J. Rendón, Vergara, y asesores norteamericanos, venimos trabajando desde hace meses para conformar una unidad militar para la libertad de Venezuela«, dijo en video publicados en Twitter.

Alcalá Cordones también afirmó que las armas incautadas en la frontera con Colombia resultaron adquiridas para llevar a cabo esa misión.

«Como resultó informado, el pasado 23 de marzo incautaron un arsenal de armas de guerra en territorio colombiano, que iba a terminar trasladado ilegalmente hacia Venezuela para utilizarse contra autoridades nacionales por grupos de asalto entrenados en Colombia«, indicó el fiscal general de Maduro.

Saab recordó que Alcalá también dijo que Iván Simonovis y Leopoldo López tenían conocimiento de ese plan.

La supuesta operación
El funcionario oficialista detalló que esa operación se encuentra dividida en tres grupos, que están conformados por 20 personas cada uno, su gran mayoría por militares venezolanos retirados.

El primero grupo estaría comandado por Juvenal Sequea Torres, alias Tigre; el segundo por Félix Adonai Mata Sanguineti, alias José; y el tercero, instaurado en Riohacha, por era comandado por Robert Levid Colina Ibarra, alias Pantera.

«Estos grupos fueron entrenados en campamentos establecidos en territorio colombiano, con la anuencia del gobierno de Colombia y con participación de asesores estadounidenses», señaló.

Comparó la situación con lo ocurrido en Nicaragua, donde, aseguró, mercenarios se instalaron en las fronteras de ese país para llenarlo de sangre con apoyo económico de Estados Unidos.

«El Estado venezolano no lo permitirá«, expresó en referencia a un posible ataque armado contra el régimen de Maduro.

Acusaciones de Estados Unidos
Saab condenó las acusaciones presentadas este jueves por la Fiscalía de Estados Unidos contra Maduro, así como funcionarios y ex figuras de su régimen.

«Veo que Estados Unidos dice de la nada, sin pruebas ni elementos de convicción que Venezuela es un narcoestado. Hay que destacar que el mayor productor de cocaína en el mundo es Colombia y Estados Unidos es el mayor consumidor», enfatizó.

El Departamento de Estado ofreció 10 millones de dólares por la captura y entrega de Alcalá Cordones, así como de otros altos funcionarios como Diosdado Cabello, primer vicepresidente del PSUV, Hugo Carvajal, mayor general retirado del Ejército y Tareck El Aissami, vicepresidente del sector Económico, a quienes acusó de conspiración internacional para distribuir cocaína hacia los Estados Unidos.

No obstante, la recompensa mayor se dejó para Maduro, por quien el gobierno de Trump pide 15 millones de dólares por información que conduzca a su captura y condena por delitos de narcoterrorismo, importación de cocaína y corrupción.

«No existe evidencia de que se haya usado alguna logística de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana haya sido utilizada para el manejo de drogas«, defendió el fiscal general de Maduro.

Mientras América Latina se paraliza para combatir el virus, Brasil y México se resisten

La mayoría de los líderes de América Latina reaccionaron con rapidez y rigurosidad a la llegada del coronavirus a la región: se cerraron las fronteras. Se interrumpieron los vuelos. Soldados patrullaron las calles desiertas para hacer cumplir las cuarentenas y los profesionales de la salud construyeron hospitales de campaña con el fin de prepararse para la avalancha de pacientes.

Por Ernesto Londoño, Manuela Andreoni, Letícia Casado y Azam Ahmed / Infobae

Sin embargo, los presidentes de Brasil y México, quienes están a cargo de más de la mitad de la población de América Latina —Jair Bolsonaro de Brasil y, en menor grado, su homólogo mexicano Andrés Manuel López Obrador— han mantenido una actitud sorprendentemente displicente. Se han burlado de los llamados a cerrar negocios y a limitar considerablemente el transporte público, y han expresado que este tipo de medidas son mucho más dañinas para el bienestar de las personas que el virus.

En una región con altos índices de pobreza, donde cientos de millones de personas viven en espacios reducidos, sin acceso a condiciones sanitarias adecuadas o atención médica, los expertos afirman que ese enfoque podría crear un caldo de cultivo ideal para el virus, con consecuencias devastadoras para la salud pública, la economía y el tejido social.

“Esta es una fórmula para la implosión social de una región que ya se encontraba en estado de agitación”, afirmó Monica de Bolle, investigadora principal brasileña del Instituto Peterson para la Economía Internacional. “En una situación como esta, las cosas pueden derrumbarse bastante rápido si no hay confianza en el gobierno y la gente se siente muy vulnerable”.

López Obrador, político de izquierda, no ha dejado de caminar entre multitudes ni de besar bebés. La semana pasada, tras descartar la restricción de viajes, el cierre de negocios o la aplicación de cuarentenas, López Obrador sugirió que México no sufriría gracias a la intervención divina, mientras mostraba dos amuletos religiosos a los que llamó “mis guardaespaldas”.

“No nos apaniquemos, y por favor, no dejen de salir”, dijo en un video publicado el 22 de marzo por la noche. “Si pueden hacerlo y tienen posibilidad económica, pues sigan llevando a la familia a comer a los restaurantes, a las fondas, porque eso es fortalecer la economía familiar y popular”.

No fue sino hasta el 24 de marzo que su gobierno cerró las escuelas, prohibió las concentraciones de más de 100 personas y le pidió a los mexicanos que se quedaran en casa. Para ese entonces, el gobierno de la Ciudad de México ya se había movilizado para clausurar gran parte de la vida pública.

Pero Bolsonaro, un líder de extrema derecha que tiene en la presidencia un poco más de un año, se ha mantenido desafiante y sigue desestimando el virus como una “pequeña gripe” que no justifica una “histeria”.

En un discurso nacional realizado el 24 de marzo por la noche, Bolsonaro rechazó las medidas tomadas por algunos gobernadores y alcaldes, y las calificó de tener un enfoque “de fin del mundo”. Bolsonaro, quien tiene 65 años, también afirmó que, si llegara a contagiarse, se recuperaría con facilidad debido a su “historial de deportista”.

Mientras hablaba, brasileños de todo el espectro político salieron a sus ventanas para realizar un “cacerolazo”, una práctica que se ha convertido en una protesta nocturna cotidiana contra la actitud arrogante del presidente. Algunos gritaban: “¡Fuera Bolsonaro!”.

Hasta el 25 de marzo por la mañana, Brasil tenía 2271 casos confirmados —un aumento de seis veces con respecto a la semana pasada— y 47 fallecidos.

La mayoría de los líderes en América Latina habían considerado el nuevo virus como un problema lejano —uno con pocas probabilidades de causar estragos en la región durante el verano austral— hasta que se diagnosticó el primer caso en Brasil a finales de febrero. Desde entonces, el coronavirus se ha propagado rápidamente en la región. Brasil, Ecuador y Chile son los países con la mayor cantidad de casos diagnosticados.

A medida que la pandemia está destruyendo la economía global y paralizando las cadenas de suministro en todo el mundo, América Latina es especialmente vulnerable a un colapso económico.

La región ya estaba teniendo problemas para asimilar la diáspora de millones de venezolanos que huyeron de la crisis humanitaria y política de su país.

El año pasado, el crecimiento económico en América Latina y el Caribe fue de un deprimente 0,1 por ciento, consecuencia de los bajos precios de las materias primas y una oleada de estallidos sociales que conmocionaron a Venezuela, Perú, Ecuador, Bolivia y Chile.

El impacto en la salud pública probablemente será devastador. Una gran parte de la población en América Latina vive en el tipo de enclaves urbanos densamente poblados en los que el virus parece propagarse con mayor facilidad. Alrededor de 490 millones de personas carecen de servicios sanitarios adecuados.

Este fin de semana, cuando se confirmaron los primeros casos de coronavirus en las favelas de Brasil, los residentes que sobreviven con salarios miserables y tienen que lidiar con la violencia desenfrenada, la falta de servicios sanitarios y el hacinamiento, se prepararon para una nueva serie de circunstancias aterradoras.

Daniela Santos, una empleada doméstica de 32 años que vive en la favela Vila Paciência, al oeste de Río de Janeiro, está haciendo su mejor esfuerzo para refugiarse en la casa de una habitación que comparte con sus tres hijas y su nieta. Su temor al virus está agravado por una amenaza más cotidiana: no permitir que sus niñas pasen hambre.

La semana pasada, los jefes de Santos le dijeron que no fuera más a trabajar hasta nuevo aviso, sin ofrecerle continuar pagando su salario.

“Cuando me quede sin comida, ¿qué voy a hacer?”, preguntó. “No tengo trabajo ni ahorros. No tengo nada. Estamos abandonadas”.

Bolsonaro ha hablado con exasperación sobre el coronavirus desde enero, y lo ha llamado una “fantasía” que está siendo exagerada por los medios y sus rivales políticos para debilitar su gobierno.

Incluso después de que varios de sus principales colaboradores dieron positivo por el coronavirus luego de un viaje oficial a Florida en la que compartieron una cena con el presidente Donald Trump en Mar-a-Lago, Bolsonaro continuó asegurando que el “pánico” colectivo era un riesgo mayor que el virus.

Mientras médicos expertos en su país y en el exterior promovían el distanciamiento social, sobre todo entre los más ancianos y otras personas vulnerables, el presidente le solicitó a sus simpatizantes que realizaran mítines masivos el 15 de marzo, e incluso saludó a varios grupos de personas en la parte exterior de su residencia en Brasilia, estrechando sus manos y tomándose selfis.

Mientras la semana pasada sus contrapartes en Perú, El Salvador, Argentina, Chile y Venezuela tomaban medidas radicales para limitar la infección, Bolsonaro se enfrascó en una lucha con los gobernadores de Río de Janeiro y São Paulo, los dos estados más grandes del país, quienes habían tomado medidas unilaterales para limitar drásticamente el movimiento de la población.

“La vida continúa”, dijo Bolsonaro el martes pasado. “No hay necesidad de ponernos histéricos”.

Tres días después, su ministro de salud, Luiz Henrique Mandetta, que también es médico, advirtió que, con el ritmo con el que el virus se estaba propagando, el sistema de salud pública del país podría “colapsar” para finales de abril.

Las acciones de Bolsonaro han provocado una contundente reacción política, incluso de parte de antiguos aliados. La semana pasada, Janaína Paschoal, una diputada estatal que llegó a ser considerada por Bolsonaro para la vicepresidencia, solicitó su destitución.

La semana pasada, algunos diputados presentaron una solicitud de juicio político, motivado por la conducta del presidente.

SILENCIO OFICIAL: ¿Por qué Colombia no ha capturado a Cliver Alcalá?

El general Cliver Alcalá Cordones, uno de los funcionarios venezolanos buscados por la Justicia de los Estados Unidos, anunció que se entregará a las autoridades colombianas. La decisión tuvo lugar luego de que fuera incluido por Estados Unidos en una lista de buscados por narcoterrorismo que incluye a Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, entre otros. El militar retirado alega que desde hace años está enfrentado a sus antiguos aliados en la cúpula chavista…”.

En una entrevista a WRadio, Cliver Alcalá, aseguró que se encuentra en Barranquilla, Colombia. “Mi vida en este momento sé que corre peligro, lo asumo sin problema. En Barranquilla las autoridades colombianas han estado hablando conmigo. No estoy en un intento de fuga”.

El ex militar manifestó su indignación porque haya sido incluido, junto con quienes en el pasado fueron sus aliados en la revolución bolivariana, pero que desde hace unos años ha estado enfrentando junto a líderes de la oposición venezolana y bajo la protección del gobierno Colombiano.

Tras la decisión del Departamento de Estado de EEUU de incluir a Cliver Alcalá Cordones en la lista de los más buscados por narcotráfico y entendiendo que este se encuentra residenciado y protegido por el gobierno Colombiano, surgen muchas interrogantes, ¿Cómo responderá el gobierno colombiano? , ¿Ejecutará la orden emitida por Estados Unidos y entregara al ex militar?, la DEA tiene la ubicación exacta de Cliver Alcalá, ¿Por qué no ha procedido a capturarlo? .

El gobierno Colombiano no ha emitido hasta el día de hoy ningún pronunciamiento tras la petición de su más fuerte aliado, mientras tanto, Estados Unidos espera, la oposición venezolana celebra, y Cliver Alcalá Cordones sigue libre en Colombia.

DT

Cuándo va a terminar la pandemia del coronavirus y qué pasará después

Si luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 el mundo se concentró en el antiterrorismo, acaso luego del COVID-19 la atención pase a la salud púbica. Mientras tanto, algunas claves definirán cómo serán los meses próximos, que a su vez sentarán la base del día después

Infobae

Hace tres meses nadie había escuchado hablar del SARS-CoV-2. Hoy el nuevo coronavirus ha llegado a la mayoría de los países del mundo y causado 492.000 infecciones identificadas (al 26 de marzo, y no se sabe cuántas personas asintomáticas o pre-sintomáticas hay contagiadas), ha hecho colapsar el sistema de salud en países como Italia o España y amenaza los del Reino Unido y los Estados Unidos. Las economías están en caída libre: el Parlamento Europeo debate un plan de rescate de € 750.000 millones y el Congreso estadounidense votó uno de USD 2 billones mientras 3,3 millones de personas —un récord histórico— solicitó ayuda por su desempleo. Los niños dejaron de ir a la escuela, los adultos que pueden trabajan desde las casas, los amigos y las familias se encuentran en videollamadas.

El COVID-19, “ha perturbado la sociedad moderna a una escala que la mayor parte de las personas vivas nunca han visto”, escribió Ed Yong, especialista en ciencia de The Atlantic, en un extenso análisis del futuro inmediato de la pandemia y los escenarios posibles del día después, que mereció la recomendación del ex presidente de los Estados Unidos Barack Obama.

“Una pandemia global de esta magnitud era inevitable”, aseguró. “En los años recientes, cientos de expertos en salud han escrito libros, informes para políticos y columnas de opinión para medios advirtiendo sobre la posibilidad. Bill Gates se lo ha estado diciendo a cualquiera que quisiera escucharlo, incluidos 18 millones de espectadores de su Charla TED”. Al fin, sucedió. Y se trató de un patógeno “más transmisible y mortal que la gripe”, y sobre todo “más silencioso, que se propaga de un huésped a otro durante varios días antes de causar síntomas visibles”. Para contenerlo, subrayó Yong, los países “deben desarrollar un test y usarlo para identificar a las personas infectadas, aislarlas y rastrear a aquellos que tuvieron contacto con ellas”.

Es lo que hicieron Corea del Sur, Singapur y Hong Kong, y tuvieron excelentes resultados. Es lo que no hicieron otros países. Incluidos los Estados Unidos, que tienen casi 330 millones de habitantes y una fuerte concentración en ciudades grandes como Nueva York, Chicago, Los Ángeles, San Francisco, Boston, Houston, Miami, Nueva Orleans. El país “puede terminar por tener el peor brote del mundo industrializado”, advirtió Seth Berkley, director de la Alianza para las Vacunas (Gavi), a The Atlantic.

Por no haber realizado una política de identificación de casos en febrero (“en un mes crucial cuando los casos se dispararon a decenas de miles, la prueba sólo se hizo en cientos de personas”, recordó Yong sobre el país), el coronavirus se expandió, sin ser rastreado, en todas las comunidades de los 50 estados. Eso definió el futuro a corto plazo, porque el COVID-19 es una enfermedad lenta.

1. Cuatro claves para los próximos meses

Las personas que se infectaron hace pocos días probablemente comenzarán a mostrar síntomas ahora y entre ellas algunas necesitarán cuidados intensivos al comienzo de abril. La presión sobre los hospitales —suministros menguantes, mayor cantidad de pacientes cada día, médicos y enfermeros que se contagian— se ha comenzado a ver en Nueva York.

“Italia y España ofrecen advertencias sombrías sobre el futuro”, citó Yong. “Los hospitales se han quedado sin habitaciones, suministros y personal. Incapaces de tratar o de salvar a todos, los médicos se han visto obligados a lo impensable: racionar la atención a los pacientes que tienen más probabilidades de sobrevivir, mientras dejan morir a otros. Los Estados Unidos tienen menos camas de hospital per capita que Italia”. Mencionó también el estudio de Imperial College London que estimó que, sin medidas de tipo alguno, el saldo del COVID-19 sería de 2,2 millones de estadounidenses muertos.

Para evitar ese escenario, que es el peor, deben suceder cuatro cosas, propuso el texto.

Primero: hace falta producir con urgencia barbijos, guantes y otro equipo de protección personal para los trabajadores de la salud, porque “si ellos no pueden mantenerse sanos, el resto de la respuesta colapsará”. Un problema adicional es que la provincia china de Hubei, donde comenzó el brote, también era un centro de fabricación de mascarillas médicas. Dado que la Reserva Estratégica Nacional ya se está desplegando en los estados más afectados (Nueva York, Nueva Jersey, Washington, California, Texas, Florida y Louisiana fueron declaradas áreas de desastre), quedaría invocar la Ley de Producción de Defensa, para que toda la industria pudiera ser convocada a fabricar equipos médicos, algo que no quieren la Cámara de Comercio de los Estados Unidos ni los directores de las corporaciones más grandes.

Para que el esfuerzo de producción se aprovechara al máximo, sería necesaria también “una operación masiva de logística y cadena de suministro en todo el país”, dijo a The Atlantic Thomas Inglesby, de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins. Su propuesta incluye a “la Agencia de Logística de Defensa, un grupo de 26.000 personas que prepara al ejército estadounidense para operaciones en el extranjero y que ha ayudado en crisis de salud pública en el pasado, incluyendo el brote de ébola de 2014”.

Segundo: un despliegue masivo de análisis de COVID-19. Un inconveniente adicional es que para fabricar esos kits hacen falta insumos que escasean, como los hisopos nasofaríngeos en los que se recogen las muestras virales o los reactivos químicos. Por un lado, hay una demanda global sin precedentes de esos suministros; por otro, Lombardía, el lugar más afectado de Italia, era uno de los mayores productores de hisopos del mundo.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) se apresura a aprobar otros tests desarrollados por laboratorios privados, entre ellos uno que puede dar resultados en menos de una hora, lo cual podría permitir a los médicos saber si están frente a un caso de COVID-19 o no casi de inmediato.

Actualmente existe una gran ansiedad en la población por hacerse la prueba. “Eso realmente estresó el sistema de salud”, dijo Saskia Popescu, de la Universidad George Mason, quien trabaja en la preparación de los hospitales para las pandemias, porque mucha gente con un simple resfrío o con miedo porque se había sentado junto a alguien que tosió, demandó análisis que por ahora “se deben usar con cuidado”. La prioridad, dijo Marc Lipsitch, infectólogo de la Universidad de Harvard, “es hacer el test a los trabajadores de la salud y a los pacientes hospitalizados”.

Tercero: la distancia social. “Las medidas llevarán un tiempo durante el cual la pandemia se acelerará más allá de la capacidad del sistema de salud o se reducirá a niveles en los que se la pueda contener”, según la capacidad de la población de disminuir el contagio. “Algunos estados han prohibido las reuniones de gente o han cerrado escuelas y restaurantes. Al menos 21 han instituido alguna forma de cuarentena obligatoria”, recordó Yong. Allí donde eso no ha sucedido, como la Florida o Texas, numerosos municipios impusieron a sus habitantes la norma de quedarse en casa.

Cuarto: la adecuada información al público. Un papel clave de los dirigentes en todos los niveles del gobierno y de la sociedad civil es transmitir mensajes claros durante una crisis. La población necesita comprender que —como estableció un estudio de la Universidad de Pensilvania— con medidas de distanciamiento social la tasa de infección se podría reducir hasta un 95% y que, dado que aun en ese escenario la cantidad de respiradores del país sólo alcanzaría para el 20% de las personas que los necesitarán, no adoptar esas medidas podría “ser catastrófico”, sintetizó Yong.

¿Por cuánto tiempo? “Podría ser cualquier cosa entre cuatro o seis semanas y tres meses”, dijo al periodista Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) que ha asesorado a todos los presidentes estadounidenses desde Ronald Reagan. “Pero no tengo gran confianza en ese rango”.

2. Tres escenarios para el final de partida

Incluso una respuesta perfecta no terminaría la pandemia, señaló The Atlantic: “En tanto el virus persista en algún lugar, existe la posibilidad de que un viajero infectado vuelva a encender chispas frescas en los países que ya apagaron sus incendios. Esto ya ha sucedido en China, Singapur y otros países asiáticos que parecieron tener el virus brevemente bajo control”.

En esas condiciones se delinean tres cuadros posibles.

El primero: “Todos los países logran controlar el virus simultáneamente como sucedió en el caso del SARS original en 2003. Dada la extensión de la pandemia de este coronavirus y la gravedad de la situación en muchos lugares, las posibilidades de un control sincrónico a nivel mundial parecen esfumarse”.

El segundo: “El virus hace lo mismo que las pandemias de gripe del pasado: arde en el mundo entero y deja a su paso suficientes sobrevivientes inmunes y finalmente le cuesta encontrar huéspedes viables. Este escenario de ‘inmunidad de manada’ sería rápido, y por lo tanto, tentador. Pero también tendría un costo terrible: el SARS-CoV-2 es más transmisible y mortal que la gripe, y probablemente dejaría detrás muchos millones de cadáveres y un montón de sistemas de salud devastados”.

El tercero: “El mundo mantiene un prolongado juego de las escondidas con el virus, y erradica los brotes que van apareciendo hasta que se pueda producir una vacuna. Esta es la mejor opción, pero también la más lenta y complicada”.

Depende, por ejemplo, de que se consiga una vacuna. Hasta ahora no existen vacunas para los coronavirus, porque nunca se había presentado una pandemia con uno. En tiempo récord —63 días entre la secuencia del genoma del virus y la primera inyección en el brazo de un voluntario— Moderna y el Instituto de Salud Nacional (NIH) de los Estados Unidos comenzaron la prueba de una, pero el camino para comprobar su efectividad y su seguridad a gran escala es largo. Si se le suma la tarea posterior de fabricarla a escala masiva y distribuirla, habría que estimar un proceso de 12 a 18 meses.

“Es probable, entonces, que el nuevo coronavirus sea una parte perdurable de la vida en los Estados Unidos por al menos un año, si no mucho más”, advirtió Yong. “Si la actual ronda de medidas de distanciamiento social funciona, la pandemia puede disminuir lo suficiente como para que las cosas vuelvan a una apariencia de normalidad”. Con un problema: también el COVID-19 volverá con esa normalidad. Esto no significa que la sociedad deba estar en un encierro continuo hasta el 2022. Pero “necesitamos estar preparados para hacer múltiples períodos de distanciamiento social”, dijo Stephen Kissler, de Harvard.

Hay dos factores, por ahora desconocidos, que intervendrán también: la estacionalidad del virus y la duración de la inmunidad. Como los coronavirus tienden a ser infecciones de invierno, “gran parte del mundo espera con ansias ver cómo afecta el verano —si acaso lo hace— la transmisión en el hemisferio norte”, dijo Maia Majumder, también de Harvard, investigadora del Hospital de Niños de Boston. Las personas infectadas con variedades más suaves de coronavirus, que causan síntomas como resfríos, ha mostrado una inmunidad menor a un año; las que sufrieron el SARS original, mucho más. “Asumiendo que el SARS-CoV-2 se encuentra en algún punto intermedio, las personas que se recuperan de sus incidentes podrían estar protegidas durante un par de años”, calculó Yong.

Ese tiempo permitiría el desarrollo de vacunas y tratamientos antivirales, y la distribución de kits de exámenes para atrapar al virus de inmediato apenas regrese. “Mi esperanza y expectativa es que la gravedad disminuya y haya menos trastornos sociales”, dijo Kissler. En ese escenario, el COVID-19 podría llegar a ser como la gripe hoy, una enfermedad recurrente del invierno.

3. Las consecuencias cuando llegue el día después

“El costo de llegar a ese punto con la menor cantidad posible de muertes será enorme”, advirtió el texto de The Atlantic. El shock que está sufriendo la economía es “más repentino y severo que lo que alguien vivo haya conocido”. Es probable que la desigualdad social, en un marco de alto desempleo, se agrave: “Las personas con bajos ingresos serán las más afectadas por las medidas de distanciamiento social”.

Y cuando el COVID-19 comience a menguar, “lo seguirá una segunda pandemia de problemas de salud mental”. La enorme incertidumbre sumada a la restricción de contacto humano es un costo demasiado alto para la psiquis. “Las personas que sufren de ansiedad y angustia o trastorno obsesivo-compulsivo ya están padeciéndolo. A los ancianos, ya excluidos de gran parte de la vida pública, se les pide que se distancien aún más, lo cual profundiza su soledad. Los asiáticos reciben insultos racistas”, enumeró Yong algunas de las manifestaciones que ya se pueden percibir. Se prevé que el día después emergerán muchos incidentes de violencia doméstica y abuso infantil, derivados del hecho de haber tenido que pedir a la gente que se encerrase en hogares inseguros.

Muchos sobrevivientes del VIH y del ébola han sufrido rechazo y estigmatización: ¿sucederá lo mismo con los sobrevivientes del COVID-19? “Los trabajadores de la salud tardarán en reponerse”, pronosticó el artículo: “Uno o dos años después de que el SARS azotara Toronto, los que enfrentaron al brote seguían siendo menos productivos y tenían más probabilidades de sufrir agotamiento y estrés postraumático. Las personas que pasaron por largos períodos de cuarentena llevarán las cicatrices de su experiencia”.

Si el ascenso del VIH y el sida cambiaron para siempre la conducta sexual y el uso de preservativos se volvió común, ¿acaso lavarse las manos durante 20 segundos será también la nueva norma naturalizada? Se sabe, por ahora, que las pandemias son catalizadores del cambio social. “Las personas, las empresas y las instituciones se han apresurado notablemente a adoptar o a solicitar prácticas que antes podían demorar como el trabajo desde casa, las conferencias telefónicas para dar cabida a las personas con discapacidad, las licencias por enfermedad y los arreglos flexibles para el cuidado de los niños”.

Si luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 el mundo se concentró en el antiterrorismo, acaso luego del COVID-19 la atención pase a la salud púbica. “Es de esperar que haya un aumento en la financiación de la virología y la investigación de vacunas, un aumento de la cantidad de estudiantes que solicitan programas de salud pública y una mayor producción nacional de suministros médicos. Es de esperar que las pandemias encabecen la agenda de la Asamblea General de las Naciones Unidas”, vaticinó The Atlantic.

Esos cambios en sí podrían proteger al mundo de la próxima enfermedad inevitable. “Los países que vivieron el SARS tenían una conciencia pública sobre esto que les permitió actuar velozmente”, dijo Ron Klain, quien coordinó la respuesta de los Estados Unidos al ébola en 2014-2015. “La expresión que más se pronuncia en el país hoy es ‘Nunca antes vi algo como esto’. En Hong Kong, en cambio, nadie nunca dijo algo así”.

Maduro acusó a Leopoldo López de conspirar desde la embajada de España para asesinarlo

El líder de Voluntad Popular se encuentra en calidad de huésped en la residencia del embajador español Jesús Silva Fernández desde el 1 de mayo de 2019, luego del intento fallido de levantamiento militar en contra del régimen

Por Luis De Jesús / El Nacional

Nicolás Maduro aseguró este jueves que Leopoldo López, líder de Voluntad Popular, conspiró desde la Embajada de España en Caracas para ejecutar un golpe de Estado en su contra.

«Que tome cartas en el asunto porque desde su embajada en Caracas se está conspirando para matar a líderes políticos y militares de Venezuela. El prófugo de la justicia Leopoldo López está utilizando las instalaciones de la embajada para conspirar», expresó.

Maduro informó durante una cadena nacional que instruyó a su canciller Jorge Arreaza para que realice las gestiones ante el gobierno de España para que se tomen las medidas correspondientes.

El jefe del régimen socialista subrayó que Clíver Alcalá Cordones, mayor general retirado del Ejército, dijo que el supuesto plan estaba dirigido por Juan Guaidó y que López tenía conocimiento de todo.

«Leopoldo López sabía y estaba de acuerdo», aseguró.

Las declaraciones las ofreció Maduro horas después de que el Departamento de Estado de Estados Unidos lo acusó formalmente de delitos de narcotráfico y pidió 15 millones de dólares a quien colabore con información que conlleve a su detención.

Leopoldo López se encuentra en calidad de huésped en la Embajada de España en Caracas desde el 1 mayo de 2019, luego del fallido intento de levantamiento militar registrado el 30 de abril en el distribuidor Altamira de Caracas, cerca de la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda.

El diario español ABC aseguró que el líder de Voluntad Popular pareciera incomodar al chavismo porque, según aseguró, Delcy Rodríguez se quejó en su polémica visita a España por la presencia de López en la residencia del embajador Jesús Silva Fernández.