Trinidad y Tobago deportó a otros 60 venezolanos, entre ellos ancianos y jóvenes, en coordinación con la administración de Nicolás Maduro. Así lo confirmó David Smolansky a eso de las 8:40 pm de este jueves, luego que el periodista Francisco Marín denunciara el hecho en la tarde.
«Según reportes y documentos que han sido consignado a nuestra oficina, hemos confirmado que el gobierno de Trinidad y Tobago coordinó con la dictadura de Nicolás Maduro una nueva deportación de al menos 60 venezolanos, entre ellos menores de edad y ancianos», dijo Smolansky en Twitter.
La noticia llega el mismo día en el que se han confirmado que aumentaron a 28 la cifra de muertes por el naufragio de Güiria en el estado Sucre tras también haber sido deportados de Trinidad y Tobago.
“Hoy fueron deportados 22 niños y 44 adultos desde Trinidad y Tobago, en colaboración con el régimen venezolano. De ellos, 51 personas fueron detenidas entre el 13 y el 14 de diciembre. En la embarcación iba una niña autista, una embarazada, y un bebé de 8 meses”, detalló por su parte Marín más temprano.
El comunicador relató que sintió indignación con el caso. “Tuve acceso al expediente, y es desgarrador ver a los niños ser fotografiados como si fuesen delincuentes. Su inocencia claramente no los deja ver más allá, casi todos le sonríen a la cámara. Como si de una foto escolar se tratara. Esto es una gran desgracia”.
“En el grupo de deportados también iban dos adultos mayores de 60 y 65 años. Muchos de los detenidos reportaron haber pagado desde $300 hasta $600 dólares para ser trasladados hasta Trinidad. En este grupo de 66 deportados hay historias trágicas y lamentables. Varios de los detenidos intentaban regresar a Venezuela para estar con familiares enfermos de cáncer, otros eran víctimas de tráfico humano o violencia familiar. Hay varios indígenas de la etnia Warao”, reseñó.
Marín también agregó que de igual forma, fueron deportadas tres personas calificadas en el expediente como “posible miembro de la red que traslado de forma ilegal a las personas”. Se asume que al llegar a Venezuela enfrentarán un proceso penal.
“Varias de estas personas relataron el horror que les tocó vivir durante estos viajes clandestinos. Nadie utiliza salvavidas, y los niños y adolescentes son amarrados dentro de los peñeros para que no se salgan con los saltos que se producen al ir a alta velocidad en el mar”, concluyó Francisco Marín.
Más temprano, Tal Cual reseñó que quienes se van a Trinidad y Tobago por Güiria, lo hacen por la crítica situación de esa localidad pobre del estado Sucre, donde la precariedad, el hambre y el peligro están a la orden del día. Güiria es un territorio sin ley en el que las autoridades voltean la mirada ante la actuación de grupos violentos y de mafias dedicadas a la trata de personas y el narcotráfico. No hay trabajo y tampoco condiciones mínimas de vida. Es un sálvense quien pueda del que su propio gentilicio busca huir aun poniendo su vida en riesgo.
Por otra parte, este miércoles el primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, reiteró que “la única forma de entrar al país es con visa”.